Esta mañana se ha celebrado en el Congreso una sesión de control. La pregunta estelar, como casi siempre ocurre en una cámara como esta cuya dinámina de trabajo acusa una fuerte bipolarización entre las dos principales formaciones políticas del hemiciclo, ha sido la que Rajoy a formulado a Zapatero.
Esta vez, la pregunta versaba sobre un tema que acapara los titulares de prensa. La pretensión de Lukoil para adquirir una parte significativa de las acciones de Repsol. No sé si es acertado trasladar estos asuntos, que conviene gestionar en un marco de cierta discreción, a la primera línea del debate político. Creo que hacerlo, puede reportar beneficios al partido que lo hace, pero bajo el grave riesgo de generar graves daños al conjunto de la economía. Me gustaría saber cuantas operaciones mercantiles que hubiesen comportado un impacto positivo en el desarrollo económico, se han visto malogradas por las indiscreciones de algunos políticos. Me temo que más que las deseables.
En cualquier caso, lo que hoy quisiera destacar es la imagen revirada que ofreció el debate. Zapatero, el socialdemócrata, defendía el mercado y la libre competencia. Y Rajoy, el liberal, el que pidió a Zapatero que en la cumbre del G-20 se dedicase a defender la libertad de empresa y la economía de mercado, exigía la intervención del Estado en la economía para obstaculizar o impedir determinadas operaciones societarias.
Ustedes los nazionalistas son el mundo al reves. Son los más ricos de España y se sienten reprimidos. Acaban con la libertad de los no nacionalistas en Euskalerria y se quejan de que el Gobierno español no es democrático. Son unos privilegiados con el concierto económico y dicen que los españoles les pisamos y reprimimos
Tengo un amigo que asegura que Bono y Gallardón son dos personajes perfectamente intercambiables. Después de todo, quizá no sea este el único caso que se de dentro del hemiciclo.Desde luego el bipartidismo imperante que disfrutamos, a algunos votantes potenciales nos tiene hasta los piiiiiiiiii. Para mayor desgracia, el empate técnico se deshace siempre con una boina nacionalista –no importa demasiado la que sea- tal y como nos tienen machaconamente acostumbrados. En fin, la vista general no resulta demasiado atractiva, pero si descendemos a los microclimas… entonces las diferencias se hacen casi inapreciables, los matices prácticamente desaparecen y lo que mola es tenerla –la afección a la parcelita- más larga y grande que nadie.En ese contexto los Ibarretxe-López y Montilla-Mas de turno pierden la mesura, el decoro y hasta el pudor. Y si es necesario no conocen ni a su padre con tal de demostrar quien es quien. Al sur de ellos, una pléyade de aspirantes acarician la idea de llegar a la ansiada mayoría de edad.Algunos políticamente incorrectos, dudamos entre el lamento y la risa.
Estamos ante una nueva edición de lo que un sabio politólogo español tituló El crepúsculo de las ideologías. Apenas hay diferencias ideológicas entre los diferentes partidos políticos. Todos piensan cosas parecidas, y sus tomas de posición dependen del lugar en el que se encuentren en cada momento. Lo que sí se nota son las diferencias nacionales. Algunos son muy españoles y otros muy vascos, muy catalanes, muy gallegos, etc. Las ideologías parecen llegar a su crepúsculo. Pero las naciones jóvenes están en amanecer.
Hola Curro:Creo que tienes algunos errores de concepto que no te han aclarado bien, o no te interesa entenderlos bien. Antes de entrar en detalles, para no liarte demasiado, explícame, por favor, ¿por qué crees que el concierto es un privilegio?En cuanto a la anécdota que cuentas, Josu, es más de lo mismo, no? Por poner un ejemplo reciente, las cajas. Lo que es bueno en otras comunidades, aquí no libre mercado sí pero fuera, las empresas españolas ni tocarlas.Un saludo.
¿El Concierto un privilegio?. El Concierto, que es resultado de los Fueros, que son a su vez resultado del Derecho consuetudinario vasco existe por tanto en esencia muchos siglos antes que la nación española. De privilegio nada. ¿Es la soberanía británica un privilegio que afrenta al resto de los paises de la Unión?. Hablar está bien, estudiar historia antes de decir mentiras, es bastante mejor.
Comprendo que Vd. no ame al idioma ellano y le justifico por ello sus faltas de ortografía. De todas formas tome nota de que la pregunta la HA formulado Rajoy a Zapatero. ¡De nada!
Muchas gracias, Saavedra, por su enorme aportación. Pero permítame hacerle dos apostillas.
Yerra usted, radicalmente, cuando me supone desamor hacia el castellano. Lo aprendí, por inmersión, en la escuela franquista -mi lengua materna era el euskera-, pero jamás he desdeñado su conocimiento, ni lo he despreciado como vehículo de cultura y de comunicación. Antes al contrario, es una lengua cuyo empleo activo y pasivo me ha proporcionado muchas satisfacciones. Se lo aseguro.
No soy de esos a los que el aprendizaje de otras lenguas -esto suele ocurrir, normalmente, sólo con el euskera y el catalán- les produce alteraciones nerviosas o desequilibrios psicológicos insuperables. Por lo demás, le sugiero que siga revisando mi blog e identificando las faltas de ortografía que detecte en él. Le agradeceré sus correcciones aunque, francamente, no creo que encuentre muchas. En la red se cuelgan plataformas impulsadas por teóricos amantes del castellano que, en ese concreto punto, me superan con mucho.
Por cierto, la pregunta, ¿»la ha formulado Rajoy a Zapatero», como dice usted, o «SE la ha formulado Rajoy a Zapatero»?
Sr.Erkoreka: Aunque discrepo profundamente de su ideología, no me duelen prendas en reconocer que siempre he pensado que Vd. es un caballero. Por eso me extraña un poco que pretenda equipararse con muchos de los ignorantes (que los hay en todos los idiomas) que pululan por los foros dejando huellas de su pésima ortografía. No he pretendido corregirle la frase sino exclusivamnete hacerle ver su error en la conjugación del verbo haber. Disculpe las molestias. Por otra parte, me parece que la inmersión lingüistica del franquismo no justifica la inmersión lingüista del nacionalismo, ya que, en tal caso, ¿donde estaría la diferencia?
Muchas gracias por su elogio, don Víctor. No siempre tiene uno la fortuna de que quienes discrepan profundamente de su ideología, le consideren un caballero. No es ninguna molestia.
Sobre la inmersión lingüística, sólo puedo decirle que a mí no me fue tan mal con la franquista -aprendí castellano sin olvidar el euskera- y que no veo que, en general, la que se practica en Catalunya, por ejemplo, esté provocando grandes perjuicios en quienes pasan por ella. No le hablo de Euskadi, porque auí no hay inmersión lingüística obligatoria.
La diferencia entre la inmersión lingüítica que se practicaba en el franquismo y la que se estila en algunas comunidades bilingües creo que es clara. La primera fue impuesta coercitivamente por un dictador. La segunda fue aprobada mayoritariamente en un parlamento democráticamente elegido. Es posible que a usted esa diferencia le parezca irrelevante, pero creo, francamente, que no lo es.
Hola: La diferencia radica en que esa inmersión obligada supuso que toda una generación perdiera el euskera, con el consiguiente retroceso en su uso, y la inmersión optativa actual pretende equiparar el uso de ambas lenguas, no la imposición de una sobre otra, como se buscaba en el primer caso. Un saludo.
Por supuesto que me parece mal la inmersión practicada por el franquismo y admito que las normas actuales emanan de parlamentos democráticos, si bien en materias como esta de la lengua, que afectan, en mi opinión a los propios derechos humanos, no me parece que las mayorias nacionalistas debieran imponer obligatoriamente su aprendizaje sin dar opción a elegir. Por otra parte, y a pesar de todas las difilcultades, es evidente que lenguas vernáculas no se perdieron. Concretamente yo, que ya paso de los 70 años, he tenido y tengo amigos vascoparlantes que no se han cortado nunca de usar su lengua en lugares públicos, sin problemas de ningún género. Y ¿que decir del catalán/valenciano? Llevo más de 40 años veraneando en el Levante y de siempre esa lengua ha sido de uso común en la vida cotidiana, sin que nadie se haya sentido incómodo por ello. Y eso por no hablar del lobby catalán que durante muchos años se movió como pez en el agua en algunos Ministerior Franquistas, especialmente del area económica. Puedo asegurarles que entre ellos usaban su lengua con toda normalidad y con el respeto de los demás. En definitiva, estudio y desarrollo de las lenguas vernáculas, si, imposición, no. Creo que hasta ahora el Gobierno Vasco lo ha hecho bastante bien en la materia y sería deseable que no siguieran elejemplo catalán o gallego.