Fue el día 20 de agosto. Los diputados habíamos sido convocados a una reunión de la Diputación Permanente del Congreso y, una vez concluída la sesión, abandonábamos raudos la carrera de San Jerónimo, con la intención de regresar cuanto antes a nuestros respectivos lugares de veraneo.
Ya relaté en un post anterior (Cfr. «Yo estuve en Barajas el día del accidente«) que hacia las 14,30 del mediodía, en la Terminal 4 del aeropuerto madrileño, coincidimos varios parlamentarios que teníamos reservados vuelos con salida programada en torno a las 16,00 horas de la tarde.
(más…)