En el día mundial contra la violencia de género, el grupo parlamentario vasco (EAJ-PNV) en el Congreso de los Diputados se adhiere a la campaña de «puntos lilas» promovida por EUDEL para denunciar esta grave lacra social.
Y para dar testimonio público de esta adhesión, hemos colgado el «punto lila» junto al logotipo del PNV en la puerta de acceso a las dependencias del grupo parlamentario.
En Madrid existen, también, otras iniciativas públicas y privadas que aspiran a contribuir a la necesaria sensibilización social en este campo pero, desde el más absoluto respeto a todas ellas, nosotros hemos hecho nuestra la que arranca del corazón institucional de Euskadi: De EUDEL, que integra a todos los municipios vascos.
Todas serán necesarias para seguir avanzando en la erradicación de esta vergüenza social.
pero tenemos que hacer algo por recordarlo dia a dia , no podemos llegar a convertirlo en una fecha mercantilista anual como el dia de los aitas o san valentin
Lo que haces está bien, pero todavía hay mucho trabajo por delante, hasta que la violencia machista desaparezca del todo. Y vosotros, los políticos teneis en eso una gran responsabilidad.
¿Y digo yo que algo de lo que se está haciendo no será muy correcto cuando el problema crece en vez de disminuir?
Le veo un poco arrogante, señor Ercoreca. Parece usted de Bilbao, más que de Bermeo. En Madrid no nos hace falta que venga ningún vasquito a vender sus iniciativas contra la violencia de género. En Euskadi tienen poco que enseñarnos en eso de luchar contra la violencia
veo que no te gusta ue te señale como un auftobomero permanente de tus hazañas ni que te diga que estas trabajandote tu cultito a la personalidad con las fotos.Pero tu sabes que es verdad.Que feo defecto para un hombrecito con pelo en los cojones.
Los de Bilbao nacemos donde nos da la gana. El sintoma de que ningun vasquito tuviese que ir a Madrid a vender todo lo que tu dices sería que no tendriamos nada que ver con tu querida España. OJALA FUESE ASI.
De acuerdo Marian. O nos ocupamos del problema todos los días, o el día mundial contra la violencia de género acabará convertido en un gesto meramente folklórico vilmente explotado por las grandes marcas comerciales. Ese es el reto.
Claro, Eukene, que queda mucho por hacer. Los políticos podemos y hacemos cosas. Probablemente insuficientes. Pero tengo para mí que la solución más efectiva no está en las medidas policiales y judiciales, sino en el terreno educativo. Es determinada mentalidad, férreamente incrustada en un amplio sector de la población masculina la que está provocando esta dramática sangría.
Es posible, Daniel, que lo que se esté haciendo no se encuentre en la buena dirección. Pero creo que, de entrada, las medidas policiales y judiciales son imprescindibles para cortar o limitar las agresiones. A partir de ahí, creo que la solución se encuentra, como le decía a Eukene, en el cambio de mentalidades. Algo que llevará tiempo y exigirá trabajo.
A Curro, mi favorito,sólo puedo decirle que, en Madrid, como en Euskadi, todos tenemos mucho que aprender en el campo de la lucha contra la violencia en general y contra la violenca de género en particular, y que nunca habrá nadie, sea vasco o madrileño, de cuya expriencia y testimonio no podamos extraer alguna enseñanza positiva, si adoptamos una actitud abierta y receptiva. Pero sospecho que eso es demasiado pedir para alguien que se siente tan orgulloso por su origen madrileño, que considera que nadie le puede enseñar nada. Por cierto, soy Bermeano, pero vivo en Bilbao. Y casi todas las semanas del año me paso algunos días en Madrid. En todas partes, aprendo cosas nuevas: Sobre lo que hay que hacer y sobre lo que no hay que hacer.
Al comentario de no publicado, tan enigmático, como amable, me gustaría hacerle algunas observaciones.
1.- Debe usted tener una trayectoria vital muy pobre si considera que las andanzas y reflexiones que recojo en el blog -todas, obviamente, derivadas de mi propia experiencia que, por suerte o por desgracia es la única que tengo, ¿qué quiere que le haga?- pueden ser vendidas como hazañas.
2.- En los días que corren, cualquier ciudadano mínimamente adiestrado en el mundo de la informática puede montarse un blog. Su blog. En la red hay muchísimos, como seguro que no se le ocultará. Y cada uno habla en su blog de lo que piensa y de lo que hace. Y, como todos los demás, yo hablo en el mío de lo que pienso y de lo que hago. Y a través de esos comentarios procuro entablar un cierto diálogo con los ciudadanos interesados en hacerlo conmigo. Ni más, ni menos. Nadie está obligado a entrar en mi blog. Quien considere que sólo contiene anécdotas irrelevantes expresadas ad maiorem gloriam de mi persona, tiene en la red una amplísima oferta alternativa, que seguro que dará cumplida satisfacción a sus intensos afanes intelecturales.
3.- No conozco ni un sólo blog personal de un personaje público -en los anónimos, últimamente tan extendidos, no ocurre lo mismo, por razones obvias- que no incluya fotografías personales del titular del blog. Todos las tienen. Mejores o peores, pero las tienen, porque son el testimonio gráfico que ilustra las reflexiones y relatos incluidos en el blog. Esto es una obviedad, ¿no?
4.- Su comentario sobre el culto a la personalidad me provoca una risa incontenible. Si los grandes dictadores que cimentaron su poder sobre el culto a la personalidad -Mao o Stalin, por ejemplo- se hubiesen encontrado con una fotografía como la que se incluye en este post -oscura, borrosa y manifiestamente mejorabe- hubiesen decretado de inmediato el fusilamento en cadena de todos los responsables. Montar una campaña de encumbramiento personal con semejantes fotografías, sería ridículo.
5.- A lo mejor cree usted que tengo que poblar mi blog con fotografías ajenas. Hay muchas, por cierto. Eche un vistazo si quiere comprobarlo. Hasta Unai Ziarreta y Rosa Díez aparecen en mi blog. ¿No creerá usted que estoy encumbrando su imagen pública, no? En cualquier caso, lo lógico es que un blog incorpore fotografías de su titular, ¿o no?
6.- Lo de los pelos en lo genitales…¡pues hombre! Todo es posible en un blog, pero… creo que es mejor ser un poco decoroso. Además, le prevengo que, como resulta claramente perceptible, no soy un hombre precisamente peludo