En una entrevista celebrada este fin de semana, Leticia Comerón, presidenta de Nuevas Generaciones del PP en el País Vasco, aseguraba que, cuando decidió participar activamente en política, optó por el PP «porque es el partido que se preocupa de las personas y de los derechos individuales«. Su compromiso con los derechos individuales debe ser tan firma que, cuando se le pregunta por su identidad ideológica, insiste en lo mismo: «Lo bueno del PP es que, aunque somos un partido muy amplio, a todos nos preocupan las personas. Todos tenemos nuestras sensibilidades pero, al final, nos ocupamos de defender los derechos individuales«.
Al leerlo, no he podido evitar recordar a los ciudadanos gallegos de O Grove que, un día, se vieron incluidos en las candidaturas del PP en el País Vasco, sin estar afiliados a esa formación política ni haber prestado jamás su consentimiento para que se produjera dicha inclusión.
La Agencia de Protección de Datos acaba de multar al PP con una sanción de 60.000 euros por este gravísimo hecho.
Seguro que, tras una experiencia como esta, los ciudadanos gallegos a los que me refiero, comparten la tesis de Salmerón de que el PP es «el partido que se preocupa de las personas y de los derechos individuales«
Lo que la hábil política en ciernes Leticia trata de hacer es proclamar su supuesta defensa de los derechos individuales para contraponerlos a los derechos colectivos. Como si afirmar unos supusiera negar los otros. Es el eterno blanco o negro del PP. Una bonita lección de demagogia. Pero la dicotomía no es una filosofía política que lleve muy lejos a sus practicantes…Besarkada!.
Señoría, que está usted haciendo aquí lo que criticaba en su post anterior…
Es obvio, Edu, lo que pretendía Leticia, al presentar al PP como el adalid en la defensa de los derechos individuales: Pegar una delicada patada en la espinilla a quienes defendemos, también, la existencia de derechos colectivos. Pero todo es pose. Cuando nos dicen que el derecho a decidir pertence al conjunto de los españoles, están defendiendo, también, un derecho colectivo. Pero un derecho colectivo cuyo titular no somos los vascos, sino lo que ellos denominan el conjunto de los españoles. Pero es que, por otra parte, tampoco puede decirse que destaquen demasiado en la defensa de los derechos individuales. El ejemplo de los ciudadanos de O Grove incorporados sin su consentimiento a las listas electorales del PP es un ejemplo paradigmático. Pero no el único. En Euskadi hay más de un ciudadano privado de sus derechos individuales, sin más culpa que la de haber trabajado en un ayuntamiento. Y todo merced a la obra legislativa del PP de Aznar.
A Eduardo, un saludo y una precisión. En el post anterior denunciaba maniobras de reducción al absurdo basadas en datos consciente y deliberadamente falseados. En este post no incluyo un solo dato falseado. Es cierto que Leticia afirmó lo que señalo. Y es cierto, también que varios ciudadanos de O Grove fueron incorporados a las listas del PP sin su permiso. Y por supuesto, es igualmente cierto que que la Agencia de Protección de Datos ha multado al PP por esa razón. Me temo que, en este punto, les hemos pillado en una contradicción ostensible.