Ayer asistí a la presentación del nuevo CD de Kepa Junkera, que tuvo lugar en Madrid, en la sede central de la Sociedad General de Autores. Se trata de una obra muy original, que avanza un paso más en la senda innovadora por la que el músico de Rekalde viene encauzando su creación artística durante los últimos años.
En esta ocasión, Kepa ha seleccionado un amplio elenco de canciones tradicionales vascas -que abarca desde Maitia nun zira hasta Joxe Miguelen batelan, pasando por Triste bizi naiz eta y ha logrado que sean interpretadas por un ramillete de voces muy conocidas, que nada tienen que ver con la tradición musical euskaldún. Desde Ginesa Ortega hasta Emilio Aragón, pasando por Miguel Bosé, Estrella Morente o Ana Belén y Victor Manuel.
El resultado es fascinante. Sorprendente y rompedor. Es posible que los ortodoxos de las tradiciones musicales puras, lo critiquen sin piedad. Pero a mí me parece una exploración muy sugerente. Un ensayo novedoso y original. Escuchar a Estrella Morente cantando Haurtxo txikia con su conocido estilo flamenco, o a Joaquín Dïaz, Seydu y Joao Alfonso entonando el Bermeoko Portuan, es, se lo aseguro, una experiencia nueva.
Kepa es un rompedor impenitente. Lo digo en el mejor sentido de la palabra. Le gusta cruzar fronteras; transgredir líneas rojas. Le encanta descubrir nuevos horizontes y demostrar que hay posibilidades musicales más allá del lugar hasta el que nos alcanza la vista. Y desde el mundo de la triki, que a todos nos parecía un espacio muy encorsetado, ha volado sin límites por el universo de la música con un intenso afán por descubrir y descubrir.
Lo dicho: un interesantísimo CD. Para escuchar y para regalar.
Inmediatamente después, participé, en el hotel Ritz, en el acto de presentación de la red de Villas Marineras; una agrupación que reúne a un puñado de municipios de la costa cantábrica, desde Pontevedra hasta Gipuzkoa, en torno a un proyecto turístico muy atractivo desde el punto de vista del paisaje y la gastronomía.
De la costa vasca, están integrados en la red los municipios de Bermeo, Lekeitio, Getaria y Hondarribia. El pregón corrió a cargo de la periodista Minerva Piquero, que apabulló, con su belleza y su simpatía. Después degustamos productos típicos de la villas costeras que integran la agrupación. Es una gran iniciativa, que sitúa al Cantábrico en los mapas turísticos europeos de mayor calidad. Y como bermeano que soy, debo reconocer que fue una extraordinaria ocasión para saludar a Mirelur y Maite, que venían en representación del Ayuntamiento de Bermeo.
Musica,pinchos,saraos.Oye,¿cuando trabajais?.
Todo lo que relato en el post se desarrolló entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde. Perdón, Francisco, por tanto relajo y liberalidad. Todavía me pregunto cómo he podido ser capaz de un atrevimiento así. Pido disculpas por haber asistido en Madrid a dos actos como los citados de evidente interés para Euskadi y los vascos.
Te sabía buena persona Josu, pero desde que te leo en este blog he alucinado con tu paciencia, respeto y capacidad de aguante. Sólo desde un corazón generoso se entiende que pierdas el tiempo contestando comentarios tan insustanciales como el de el tal Francisco. ¡En fin!. Una prueba más de qué pasta estás hecho.Besarkada!
Esta bien.Hay que comer.Pero se ve que os va la marcha de la movida madrileña.Mucho beso,mucho cocido madrileño,mucha superficialidad y ademas con bellezas.Por este tipo de cosas he visto muchas carreras rotas y muchas parejas enfadadas.Trabajad un poco mas .Bien os pagan.
No te puedes ni imaginar, francisco, lo que nos va la marcha madrileña. Te has olvidado de las tapitas y la cerveza en las terrazas al aire libre, que también nos pirran. Y si esto ocurre en el Congreso, lo del Senado no se puede ni contar. Dicen que es el lugar en el que menos creyentes hay, porque ningún senador puede creer que pueda haber un mundo mejor que este.
Lo del Senado. Yo ya tenía ésa idea… No sé como anda usted de horarios, pero ZP algo mas si que podia darle. Anécdota: Hay un cierto país europeo que conozco bien, en que los únicos funcionarios que no marcan entrada y salida son los diputados. Como cree que nos sentimos los demás empleados públicos?
Nadie se conforma con lo que tiene. Es una ley humana casi universal. Los empleados públicos, Eduardo, os sentís disgustados por el hecho de que los diputados no tengan que fichar. Y los mileuristas de las empresas privadas suspiran por vivir como un empleado público, aunque para ello tengan que hacer algo tan sencillo y elemental como marcar la entrada y la salida al puesto de trabajo.