Zapatero declaró ayer, solemnemente, que el 2 de marzo, es decir, el día siguiente al de las elecciones vascas, Patxi López tendrá las manos libres para proceder como considere más conveniente. Nadie -aseguró- le impondrá nada desde Madrid. Una vez celebrados los comicios, el candidato del PSE -dio a entender- diseñará la política de alianzas que estime oportuna, sin que la organización federal le vaya a presionar y condicionar lo más mínimo.
La declaración, que hoy los medios han difundido con profusión, me ha suscitado tres reflexiones, que paso a exponer brevemente.
Primera reflexión: El año 2003, Zapatero aseguró, en Barcelona, ante un polideportivo repleto de militantes y seguidores del PSC, que si ganaba las elecciones y accedía a la presidencia del Gobierno de España, asumiría íntegramente la propuesta de reforma estatutaria que eventualmente aprobase el Parlament de Catalunya, y propiciaría su aprobación, sin introducir en el texto modificación alguna. En marzo de 2004 Zapatero ganó las elecciones y en abril del mismo año era investido presidente del Gobierno.
Sin embargo, lejos de hacer suya la propuesta de reforma que la cámara autonómica catalana aprobó en 2005, la sometió a un riguroso proceso de “cepillado”, que alteró notablemente una gran parte de su articulado, rebajando sensiblemente la ambición de sus objetivos de autogobierno. Si en Catalunya incumplió tan descaradamente su compromiso público, ¿qué debe hacernos pensar que en Euskadi será fiel a la palabra dada?
Segunda reflexión: En las elecciones autonómicas y municipales de 2007, UPN ganó en Navarra, pero el PSN y Na-Bai obtuvieron, juntos, más escaños que los alcanzados por la formación conservadora. El resultado arrojado por las urnas hacía posible, pues, algo por lo que las fuerzas progresistas del viejo reino habían venido suspirando desde tiempo atrás: Desalojar a UPN del Gobierno foral, sustituyendo sus políticas sectarias, antivasquistas y ultraconservadoras, por planteamientos más abiertos, flexibles y tolerantes. Los socialistas navarros parecían dispuestos a promover el cambio. Así lo expresaron en más de una ocasión.
Sin embargo, Zapatero lo impidió desde Madrid, imponiendo a los militantes navarros de su partido un humillante acuerdo con UPN, que permite perpetuarse en el poder a los sectores más reaccionarios del abanico político navarro. Si en Navarra no permitió a los socialistas del PSN pactar con libertad, ¿qué debe hacernos pensar que lo hará en Euskadi?
Tercera reflexión: Zapatero ha venido a Euskadi a prometer algo que, el solo hecho de tener que prometerlo, produce rubor. Decir que permitirá a Patxi López -nada menos que al candidato- abordar con manos libres el escenario postelectoral supone, implícitamente, reconocer que habitualmente no lo hace; significa admitir que, la regla general, en las relaciones entre el PSE y el PSOE, es la de que este impone a aquel la política que ha de seguir y la gran mayoría de las decisiones que ha de adoptar para su ejecución.
Sin embargo, Zapatero dice que en este caso hará una excepción. Vale. Quien quiera creérselo, que lo haga. Pero la pregunta que de inmediato emerge es: ¿Para qué quiere Patxi López manos libres? ¿Para qué se supone que reivindica un ámbito de decisión propio y sin injerencias madrileñas? No será para pactar con el PNV, porque no creo que Zapatero se lo vaya a impedir habida cuenta del panorama en el que se encuentra en el Congreso. Tampoco para formar un Gobierno de izquierdas similar al constituido por el PSC en Catalunya. No creo que los resultados electorales se lo vayan a permitir. ¿Para qué es, entonces, el margen de autonomía que Zapatero reconoce a Patxi Lopez? A mí sólo se me ocurre una respuesta. Para pactar con el PP.
No sé si Zapatero ha meditado bien el mensaje que ha lanzado este fin de semana, pero me da la sensación de que el ha producido un efecto contrario al que pretendía. Al declarar que le permitirá actuar con manos libres, Zapatero ha querido dar a entender a la sociedad vasca que Patxi López es ya mayor de edad. Pero lo que en realidad a conseguido es poner en evidencia el auténtico propósito de los socialistas: Pactar con el PP. Porque, para todo lo demás, la autorización de Zapatero, o no es necesaria, o carece de sentido.
Una contextualización previa: Zapatero dijo previamente «Patxi y yo nos caemos bien, pensamos parecido por no decir igual, y obviamente decidirá él»
Reflexión uno: En Cataluña, su frase se contextualizaba a que obviamente el límite no lo pondría él sino la constitución como norma que nos regula a todos, para lo que pensaba que en su propio partido no había que poner ese límite.
Reflexión dos: En Navarra el PSN era la tercera fuerza política. No tengo nada mas que decir. Porque la diferencia es abismal.
Reflexión tres: Vuelvo a la frase contextual, es el PSE el que decide siempre, lo que no implica que compartamos un proyecto que se llama España, como unidad de pueblos y provincias, y partidistamente compartamos un partido que se llama PSOE, en el que hay que decidir conjuntamente sin llegar a que uno se imponga al otro.
Pero ya veo que es uno de los clichés que mas estáis usando como arma electoral: El que siempre decide Madrid, junto con el de que Pactaremos con el PP.
Al primero, ya te he contestado, una cosa es entenderse (y eso es lo que los ciudadanos están empezando a querer en amplia mayoría para Euskadi, que las dos administraciones se entiendan), y otra cosa es imponerse (y están estos ciudadanos enfadados con las políticas del enfrentamiento que nos ha propuesto Ibarretxe).
A lo segundo, es un arma legítima la vuestra, pero llena de falta de respeto. En primer lugar, porque el PP me merece el mismo respeto democrático que el resto de partidos democráticos y el resto de ideologías que no comparto. Y eso me diferencia precisamente del PP y del PNV que no aguantan su existencia mutua y que por eso tienen que «vender» electoralmente que quien quiere pactar con ellos es lo peor. Porque todo el tripartito cree que vamos a gobernar con el PP y el PP cree que vamos a gobernar con el PNV.
Pues eso, lo dicho, que poder dialogar con todos los demócratas, lo único que demuestra es centralidad política. Y eso no lo puede decir el PNV.
Ha, y hay una diferencia grandísima el 2 de Marzo en tres aspectos, el primero es quién te vota la investidura, el segundo es con quién gobiernas y el tercero es con quién legislas. Y en cada uno puede pasar algo diferente. Como ahora, que Ibarretxe fue investido con votos de EHAK, ha gobernado sólo con el tripartido, pero ha legislado con votos del PSE (y aveces de aralar). Lo mismo puede pasar ahora, o puede pasar con otro partido. La cuestión, es que hablar de ello ahora, está absolutamente fuera de lugar.
Alain,como siempre disimulando.No se trata de legitimidad de unos ni de otros,es mucho más simple y mucho más profundo a la vez,se trata de aclarar porqué os dá tanta verguenza reconocer que contáis con los votos del PP en la investidura para sumar 38 si os dán las cuentas,sabéis y sabemos que es así,que no tenéis otra y que en todos vuestros cálculos (en el freno a las candidaturas de Batasuna también) eso se dá por descontado,sin embargo lo intentáis esconder,os dá verguenza.
Tenéis un flanco débil ante parte de vuestro potencial electorado por haí,muy débil y lo sabéis,por eso está para vosotros ahora absolutamente fuera de lugar hablar de ello pero no lo dudes,se hablará,todo lo que haga falta,y más……….
«Poder dialogar con todos los demócratas,lo único que demuestra es centralidad política.Y eso no lo puede decir el PNV.»Afirmaciones como esta y otras «farrucadas» de López,Pastor,Prieto…..lo único que demuestra es vuestro comportamiento de «nuevos ricos de la política».No os queda nada……
Hola Alain:
Me hace gracia cada vez que se dice eso de que «es el PSE el que decide siempre, lo que no implica que compartamos un proyecto que se llama España». Lo del proyecto común compartido me suena a echar balones fuera. También el PNV es un partido con vocación europeista que comparte un proyecto común dentro del marco más amplio de la ideología democristiana, pero eso no le impide tomar sus decisiones en función de los intereses y necesidades de Euskal Herria; dentro de ese proyecto compartido no pierde esa referencia ni supedita esos intereses a otros. Decir que decide Madrid no es un cliché, es constatar una realidad. Como bien dice Josu en su artículo, el simple hecho de que Zapatero tenga que decir expresamente que será López quien decida ya indica que algo no cuadra.
En cuanto al entendimiento entre las administraciones vasca y española que proclamas, pregúntate que respeto han tenido todos y cada uno de los gobiernos estatales incumpliendo sistemáticamente el estatuto de Gernika. Probablemente me dirás que repito un argumento ya trillado, pero no por eso deja de ser cierto. Compara los portazos que le han dado a Ibarretxe cuando a querido hablar con los que el ha dado. No creo que puedas encontrar un ejemplo de esto último.
Respecto al hecho de que quien te vota en la investidura, con quien gobiernas y con quien legislas, los ejemplos que mencionas únicamente destacan la capacidad de diálogo del PNV, hoy por hoy el único que puede hablar y llegar a acuerdos con todos. Aaunque tú reclames esa centralidad para el PSE, el propio PSE es quien ha renunciado a ella, ya que al declarar su objetivo de derrotar al nacionalismo está complincando un futuro entendimiento con ese sector. Y por mucho que lo niegues es evidente que su única posibilidad de alcanzar ese objetivo pasa por pactar con el PP.
Un saludo
Xabier,
No se trata de disimular. Alain te lo ha dicho muy claro: si el PSE-EE está en situación de gobernar, aspira a pactar con el PNV, el PP o cualquier otra fuerza política.
¿Por qué siempre el que tiene miedo a perder pide al contrario que explique con quién va a aliarse?
Hagamos la pregunta inversa. El PNV no va a conseguir mayoría absoluta por sí mismo y quizá con la fómula del tripartito tampoco, ¿con qué partido aspira a pactar?
De acuerdo con Xabier. Los socialistas estaís ocultando un dato muy importante en esta campaña porque a menos que consigaís la mayoria absoluta ( cosa casi improblable, al igual que ganeís las elecciones) es importante con quien vais a pactar para «echar la PNV de las instituciones». Mas que nada porque igual todas esas criticas que haceís a la derecha, os las vais a tener que tragar, como hicisteís en Navarra a cambio de conseguir la presidencia vasca. Y eso para mi, seria mentir a vuestros potenciales votantes.
Y Alain, tanto repetir que Patxi Lopez va a tener las «manos libres» para gobernar, no hace si no, reafirmar que no vais a tener autonomia politica desde Euskadi para maniobrar a partir del 2 de Marzo. Si lo hicisteís en Navarra ( por cierto en contra de la idea de las Juventudes Socialistas Navarras) quien no me dice que no lo hareís en Euskadi?¿
Me alegro de que, incluso en mi ausencia, este post haya suscitado el interesante debate que mantenéis Alain, Xabier, Oscar, Aitor y Javier. Sin pretensión alguna de interferir, supongo que no me negaréis la posbilidad de hacer un par de observaciones.
No sé si Patxi López y ZP piensan parecido o igual porque, entre otras cosas, desconozco lo que piensa el secretario general del PSE y creo, además, que carece de un pensamiento político acabado y complejo. Lo digo sin acritud y sin un ápice de malquerencia porque, en lo personal, Patxi me cae simpático. Permitidme a este respecto, que os relate una anécdota que escuché no hace mucho de boca de un dirigente del PSOE que participó directamente en los encuentros de Santillana de los que salieron las posiciones oficiales del PSOE en materia de política autonómica.
El primer día, por la noche, Maragall expuso sus tesis sobre la España plural y federalizada que defendió durante los debates sobre el Estatut. Esas que, cuando concluyó su mandato, le llevaron a ZP a sugerirle que no se volviera a presentar. Al día siguente, por la mañana, Bono y Rodriguez Ibarra defendieron su planteamiento socialista igualitario. Ya se sabe. Las diferencias son un hecho, pero la igualdad es un derecho. Y el Estado, incluso por encima de las competencias autonómicas, está obligado a garantizar la igualdad de todos los ciudadanos españoles. Tras su intervención, se dió paso a los demás, que expresaron, también, sus puntos de vista. Ya al final, tomó la palabra Patxi López. Dijo que en la víspera, la disertación de Maragall le había convencido. Pero que tras escuchar a Bono y Rodríguez Ibarra, tampoco podía negar su sintonía con ellos. Como se ve, clarividencia a raudales y profundas convicciones.
Sobre la necesaria contextualización de la promesa que ZP hizo a los socialistas catalanes, cuando les aseguró que aceptaría sin la más mínima modificación la propuesta de Estatut que aprobase el Parlament…. ¡hombre!…puestos a sobreentender, también podemos dar por supuesto que cuando ZP afirma que el 2 de marzo dejará las manos libres a López, se entiende que lo hará siempre que lo que decida Patxi no vaya en contra de los intereses y las estrategias políticas diseñadas por los órganos centrales del PSOE, ¿no? Es decir, que de manos libres, en realidad, nada. Todo se decidirá en Madrid.
Es cierto que la situación en Navarra es diferente. Allí, el PSN es la tercera fuerza. Pero no tengo claro que esa circunstancia milite en contra del acuerdo con Na-Bai, sino todo lo contrario. No todos los días a la tercera fuerza se le presenta la oportunidad de formar parte del Gobierno, y de hacerlo, además, ocupando la presidencia. Los militantes del PSN sabían que no es fácil que eso ocurra. Por ello estaban deseando pactar con Na-Bai y acceder a la presidencia. Pero Madrid dijo que no y los socialistas navarros tuvieron que asumir la humillación. Por cierto, ZP tomó la decisión después de mantener conversaciones con emisarios de UPN de espaldas a los militantes del PSN. La verdad es que, lo ocurrido en Navarra no dice mucho en favor de la credibilidad de los socialistas en estos temas.
Por lo demás, no comparto la afirmación de que el PSE es el único partido capaz de mantener interlocución con todas las formaciones del espectro político. Ya les gustaría. Os aseguro que yo mantengo una comunicación fluida con la gente del PP. Hablo con ellos todos los días. Con los de la dirección y con los proscritos. Con todos. Otra cosa es que pueda compartir con ellos un Gobierno y un programa. Pero en esto, creo que mis dificultades no serán mayores que las de los socialistas, que se oponen y enfrentarn a los populares en todas las instituciones del Estado, ¿o sí? ¿Acaso son falsos los encarnizados enfrentamientos que el PP y el PSOE escenifican todos los días en todos los medios del Estado?
Es lícito pactar con el PP. Por supuesto que lo es. Pero resulta tan chocante como lícito, ver que dos formaciones enfrentadas a todos los niveles y en todas las instituciones, son capaces de unirse con la única finalidad de desbancar al PNV. Y, hoy por hoy, me temo que el PSE sólo podría gobernar en Euskadi de la mano del PP.
Saludos a todos