Ayer, el Lehendakari anunció que las próximas elecciones vascas se celebrarán el día 1 de marzo. En los regímenes parlamentarios, la facultad de disolver el parlamento y convocar elecciones corresponde, en exclusiva al presidente del Gobierno; una atribución muy personal que todos los presidentes gestionan, siempre, en base a su propia valoración de la conveniencia y oportunidad. Nada, pues, habría que objetar, en principio, a la decisión adoptada por el Lehendakari.
Pero el anuncio ha suscitado de inmediato reacciones y valoraciones diversas. Veamos lo que se ha dicho.
Las primeras reacciones
A los socialistas no les gustó el anuncio hecho por el Lehendakari. Pepe Blanco reaccionó airado asegurando que el “cambio” introducido en la fecha electoral, evidencia el nerviosismo del Lehendakari y del PNV que, a su entender, ya se sienten perdedores.
¿Cambio?, habrá que preguntarle a Blanco. ¿Qué cambio? El Lehendakari dijo que las elecciones iban a ser en marzo y van a ser en marzo. No hay cambio alguno. Si la fecha finalmente fijada para la cita con las urnas no se acomoda a las previsiones de los socialistas, es un problema suyo, no del Lehendakari, ni del Gobierno vasco. Y menos aún del PNV.
Desde el entorno socialista se afirma igualmente que la fecha fijada pretende impedir que el PSE se beneficie del triunfo que, a su juicio, obtendrán los socialistas en Galicia. Según Pastor, el Lehendakari trata con ello de “minimizar el impacto de las gallegas, donde previsiblemente volverá a ganar el PSOE”. Isabel Martínez, compartía esta misma tesis en El País: “Ibarretxe evita que el previsible triunfo socialista previo en Galicia arrastrara votos hacia el socialista Patxi López”.
¿Triunfo?, habrá que preguntarle a Pastor. ¿Qué triunfo? El PSOE, ni ganó las elecciones gallegas hace cuatro años, ni las encuestas le vuelven a dar vencedor en estas. Como en 2005, este año será el PP el que gane los comicios gallegos. Aunque, como en 2005, el BNG sumará, probablemente, sus votos a los del PSOE para formar conjuntamente la Xunta en régimen de coalición gubernamental. Pero el ganador de las elecciones gallegas será el PP. Los del PSOE están computando como propios los votos del BNG, pero no lo son. El excesivo optimismo les hace perder contacto con la realidad.
También se ha dicho, desde zonas afines a los socialistas, que la fecha elegida por el Lehendakari persigue debilitar al PP y al PSOE, cuyos líderes españoles “tendrán que repartirse en actos de campaña en dos autonomías”. Emilio Alfaro respalda esta tesis en El País al notar que el calendario electoral establecido, pretende “dificultar la presencia en Euskadi de los líderes nacionales del PSOE y del PP, que tendrán que repartirse en dos frentes”. En El Correo, llevan este razonamiento hasta el extremo, y aseguran, nada menos que en titular de portada que, “Ibarretxe hace coincidir los comicios vascos y gallegos para anular el efecto zapatero”. Iñaki Iriondo, que últimamente coincide mucho con Vocento, compartía en Gara esta percepción, haciendo notar que Ibarretxe quiere obligar a Zapatero “a tener que dividirse para atender debidamente ambos frentes, y no hay que olvidar que el PNV considera que el verdadero reclamo electoral con el que se enfrenta es con el actual inquilino de la Moncloa”.
No sé si para el PSOE y el PP, la necesidad de fragmentarse en dos frentes electorales resulta especialmente problemático. Es posible que la convocatoria simultánea de dos citas con las urnas, les plantee alguna distorsión organizativa. Es posible. Pero tengo para mí que las poderosísimas maquinarias propagandísticas y electorales que ambas formaciones políticas tienen a su disposición, apenas acusarán la necesidad de acelerar su funcionamiento para atender cumplidamente, y al mismo tiempo, a dos frentes electorales de “provincias”. El PP y el PSOE tienen efectivos suficientes como para actuar al mismo tiempo en los dos territorios y vencer en presencia mediática a las formaciones de implantación exclusivamente local. Sus epígonos mediáticos son una auténtica legión, contra la que difícilmente pueden medirse en eficacia los limitados recursos propagandísticos de los nacionalistas vascos y gallegos.
Cosa distinta es que, ante la necesidad de prestar atención simultánea a dos territorios en los que el PSOE se plantea estrategias contrapuestas -en Galicia aspira a gobernar con el BNG marginando al PP, mientras en Euskadi se plantea desplazar al PNV del gobierno con el apoyo del PP- la formación dirigida por Zapatero haya de incurrir en mensajes contradictorios, que no contribuirán, precisamente, perfilar la imagen de un partido cohesionado y con ideas claras. A ello se ha referido González Pons, cuando afirmaba ayer, con evidente regocijo, que las elecciones servirán para demostrar que el PP “dice lo mismo en el País Vasco que en Galicia y el PSOE no”. Pero en esto, no tengo empacho en coincidir con Santiago González de El Mundo, cuando afirma que los nacionalistas vascos no tenemos “nada que enseñar al presidente del Gobierno en el arte de sostener una cosa y su contraria al mismo tiempo”.
En Gara, Iñaki Iriondo opina que lo que realmente provoca la fecha elegida por el Lehendakari es que “el sector político que debe agudizar su ingenio para tratar de sortear las condiciones antidemocráticas actuales, dispondrá de alguna semana menos para labores de ingeniería electoral creativo”. Cada uno -ya se ve- va a lo suyo. Y, también en Gara -¿a quién puede extrañar que sea precisamente en este medio?- Unai Ziarreta publicaba un extenso artículo de opinión -significativamente titulado “Soberanismo inteligente”- con el que iniciaba una carrera electoral claramente orientada a captar -inútilmente, creo yo- el interés y el apoyo electoral de los habituales votantes de Batasuna y equivalentes.
Las aparentes contradicciones del PP
Hay un componente de la precampaña que no deja de llamar la atención. Me refiero a la aparente contradicción en la que incurre el PP cuando afirma que el PSE no es un partido fiable para propiciar el cambio en Euskadi, mientras se ofrece, gratuitamente y con cama incluida, a facilitar la investidura de Patxi López como Lehendakari, si los resultado electorales lo permiten. Pero la contradicción, como digo, es sólo aparente. En realidad no hay tal. Ambas posiciones forman parte de una misma estrategia electoral.
Me explico.
Por una parte, en efecto, los líderes del PP aseguran -lo han hecho ya, explícita e implícitamente, por activa y por pasiva- que, si los escaños socialistas y populares suman 38, las mesnadas parlamentarias de Antonio Basagoiti apoyarán gratis et amore la investidura de Patxi López como Lehendakari. Lo dicen con eufemismos cuidadosamente acuñados para evitar una imagen sectaria y antidemocrática -se amparan en expresiones como la de “evitar que los nacionalistas sigan gobernando” o la de “impedir la continuidad de Ibarretxe en el poder”- pero lo dicen.
Si alguien no se ha enterado hasta la fecha, es que no presta atención alguna a los medios de comunicación, porque los mensajes lanzados a la opinión pública en este sentido, son claros y repetidos. Este es un punto sobre el que, a la altura en la que estamos, nadie debería dudar lo más mínimo. Si les salen las cuentas, PSOE y PP formarán un Gobierno antipeneuvista; un gabinete concebido única y exclusivamente bajo el designio de desalojar al PNV del Gobierno. Lo ha dicho y reiterado Basagoiti, con el aval expreso nada menos que de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y, ayer mismo, José Luis Ayllón, portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, declaraba en la SER que su partido está “dispuesto a proporcionar, o a generar, o a ayudar a que se produzca un cambio político [En Euskadi]”. Más claro, agua. Y por si aún fuera insuficiente, el portavoz del PP González Pons desvelaba una vez más sus intenciones: «tenemos prisa para que a Ibarretxe se le acabe el tiempo de ser lehendakari». Por enésima vez, Basagoiti acababa de perfilar sus propósitos: “[La convocatoria electoral] es una oportunidad para librarse del lastre de Ibarretxe”
En este punto, insisto, no cabe ya duda alguna.
Sin embargo, parece evidente que el PP no puede generar, desde ahora, en sus posibles votantes, la percepción de que resulta indiferente votar al PP o al PSOE. Si les hace ver con excesiva claridad que el objetivo común de ambas formaciones consiste en aupar a López a la Lehendakaritza, correría el grave riesgo de ahuyentar a los electores y quedarse sin votos. Sería una torpeza mayúscula, porque haría preguntarse a sus posibles votantes: ¿Para qué votar al PP si sus parlamentarios acabarán respaldando la candidatura de Patxi López? Mejor apoyar directamente a éste.
Es para evitar esa fuga, para lo que, en el PP no deja de lanzar pullas críticas contra el PSE y de poner en duda su disposición a promover el desalojo del PNV. Ayer mismo, fuentes del PP comentaron a ABC que el PSE «no representa una alternativa real» y aseguraron que «La victoria de Patxi López significaría un cambio de nombres, no de políticas, como estamos comprobando. Las propuestas del PSOE no se diferencian en nada a las del PNV». Pero que nadie se engañe. La crítica del PP al PSOE es una crítica exclusivamente instrumental. No aspira a que el PSE pierda, sino a que el trozo de tarta que corresponda al PP en el hipotético escenario de que ambos, unidos, alcancen la mayoría absoluta, sea el mayor posible.
El PSOE es malo. Pero el PNV es la maldad misma.
La aparente esquizofrenia del discurso del PP -crítico con Patxi López y, al mismo tiempo incondicional baluarte de su aspiración a la Lehendakaritza- se ve reflejada igualmente en la prensa de la derecha, que embiste contra el PSOE, mientras saluda con un indisimulado alborozo juvenil la posibilidad de que su candidato se haga con la presidencia del Gobierno vasco. En las plataformas mediáticas del PP viven la victoria de los socialistas como una victoria propia. Parece increíble, pero es así. Y tiene su lógica. La misma lógica sobre la que Calvo Sotelo afirmó que prefería una España roja a una España rota. El PSOE es malo. Pero el PNV es la maldad misma.
Presa de este jovial entusiasmo, el ABC encabeza el editorial de hoy con el siguiente rótulo: “El cambio tiene fecha”. Su información interior titula en la misma línea: “Ibarretxe fija para el 1-M las elecciones que pueden desalojar al nacionalismo vasco”. Y por si alguien abriga duda alguna, otro titular precisa: “Patxi López a un paso de ser Lendakari”. Ya entre líneas se puede leer: “En cuanto se supo la fecha de las elecciones, todas las miradas se dirigieron al candidato del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López, quien podría relevar a Ibarretxe al frente del Gobierno vasco, si se cumplen los pronósticos demoscópicos”. En otra pieza informativa, se afirma que “Los dos principales partidos nacionales, PSOE y PP, acogieron ayer la convocatoria del uno de marzo en el País Vasco pensando ya en fórmulas para desalojar al PNV del Gobierno vasco después de 30 años ininterrumpidos al frente del mismo”.
El columnista Ignacio Camacho prefigura en su artículo de hoy el marco argumental con el que la derecha nacionalista española abordará la campaña: “Zapatero, que tiene ante sí la posibilidad histórica de derribar del poder al nacionalismo vasco”. Una posibilidad que, si no gestiona correctamente, podrá reportarle gravísimos perjuicios. La amenaza nos adelanta lo que será el discurso de los editorialistas hispanoconservadores: “como se equivoque de pacto lo va a pagar bien caro en el resto del país”.
Así están las cosas a 57 días de las elecciones
El 1 de marzo es la gran oportunidad. El PNV en la oposición y el constitucionalismo gobernando en el País Vasco y destruyendo la obra sectaria de los nacionalistas. Será un gran momento para todos los demócratas.
En fin Josu, poco que añadir,
Una de las cosas que mas claro tengo desde hace un tiempo, es que EAJ / PNV haga lo que haga, diga lo que diga, deje de hacer o decir lo que deja de hacer o decir, SIEMPRE recibirá ataques fundamentalmente de parte de los mayores enemigos del NACIONALISMO VASCO (EAJ + EA) que son:
1) LA INQUISICION ESPAÑOLA – PSOE, PP + SUCURSALES
2) LA INQUISICION MARXISTA – ETA Y EL RESTO DEL MEINV.
Con lo cual debemos de seguir luchando hasta la saciedad para merecer lo que la generación de nuestro primer Lehendakari y epocas anteriores, por supuesto incluyo la aportaciones de Sabino Arana que no son pocas nos han dejado como legado.
Magnanimidad en la victoria y altivez en la derrota, todo lo contrario de lo que está en voga hoy en día.
Casi se me olvida, Josu si puedes, a través de la gente que conoces por favor diles a los de EiTB que se pongan las pilas, si me facilitaras la dirección de correo-e de nuestro amigo Bingen, con mucho gusto lo haré llegar el sentir de mucha gente de la sociedad vasca.
Ya es hora de que se deje de emplear la expresión Euskal Herria que es la última perla que ETA y el resto del MEINV nos están metiendo con sacarina. Por la sencilla razón que no hace distincción entre el estatus democrático actual de las comunidades autónomas actuales que son la la CAV, la CFN y nuestro hermanos engluidos por el estado frances tan jacobino como el español.
hay que explicar a la gente, a los empleados que el MEINV no emplea esa expresión por casualidad. ¿Donde ha quedado la época que hacían el distingo entre Vascongadas, Navarra, etc. ? Muy sencillo lo hacen porque de esa manera nos están apuntando al actual SUJETO POLÍTICO que pondrán en la próxima mesa de negociación como condición sine qua non con lo cual justificarán los bombazos, asesinatos, etc. que hubiere como fruto de una negociación fallida, bla, bla, bla y…..mas bla.
Por lo demás me ha parecido patético el nivel de EiTB en partícular y de los medios de comunicación en general en relación al tratamiento que le dan al conflicto Israeli-Palestino.
Los periodistas se deben de limitar a dar noticias, ya seremos la opinión pública que saque las conclusiones que sean.
la inclinación a favor de los Palestinos y la maldición hacía los Israelis es descarada.
La gente se lleva las manos a la cabeza por ejemplo porque el máximo jefe de HAMAS (la organización ETA de los Palestinos) lo matan en su casa con sus ocho hijos y mujer de un pepinazo. Ése sin vergúenza sabía perfectamente a que estaba jugando. Pegó hor dago conociendo las advertencias de Israel y que con dos ases a la grande, era muy dificil que saliese indemne.
La gente no analiza, no cae en cuenta que la estrategia de estos desalmados del HAMAS y otros grupos Islamistas Radicales de utilizar a la población civil como escudos no es cosecha de hace dos días.
Tampoco se dice nada que el mismisimo Olmert ha advertido en múltiples ocasiones a los de HAMAS que dejen de tocarles las p—— , que dejan de zumbarles con cohetes.
Poca gente acaba de entender que Israel no vive, sobrevive rodeado de países arabes, muchos de los cuales lo quieren destruir que desaparezca del mapa lo mismo que ETA quiere destruir al NACIONALISMO VASCO.
Se debe buscar una solución al contencioso Israeli-Palestino pero HAMAS y sus lacayos no deben figurar en las negociaciones.
Al igual que ETA no debe figurar en ninguna negociación, lo que tiene que hacer es dejar las armas con carácter incondicional y definitivo, condenar todo tipo de violencia y aceptar la lucha o juego democrático junto con los demás.
Perdona Josu que haya metido temas que no van ligados directamente con el artículo pero creo que son importantes y de máxima actualidad.
Gora Euzkadi Askatuta !