En la página central de El Correo de ayer, se publicó un extenso reportaje titulado «El poder de los vascos«. Su objetivo central, resumido en el subtítulo, consiste en subrayar la importancia que históricamente ha revestido la presencia de vascos en los gobiernos de España.
No se trata de un mero recuento estadístico de nombres y fechas. Como cualquiera puede suponer, un trabajo sobre ese tema publicado, hoy y aquí, en un diario de vocento no puede consisitir en una mera recolección de anécdotas. El mensaje de fondo que su autor pretende transmitir es más profundo. Mediante la puesta en valor de esa presencia tan intensa que los vascos han tenido en los ejecutivos encargados de dirigir los destinos de España, se pretende demostrar que la convivencia secular entre lo español y lo vasco ha sido pacífica. El propio autor, Imanol Villa, explicita esta tesis cuando señala que: «Militares, juristas, conquistadores, marinos, religiosos… Su implicación en el tiempo ha sido tan grande que sorprende que, muchas veces, el País Vasco y España sean tratados como entidades direferenciadas puesto que, pocas dudas hay de ello, la convivencia ha sido natural, plena antigua y hasta determinante, como lo demuestra el peso que determinados vascos han tenido en la trayectoria histórico-política de España«.
Creo que con la lectura del fragmento transcrito resulta suficiente para formarse una idea clara de lo que el reportaje quiere demostrar, ¿no?
Bien. Prosigamos. Obviemos, por ahora la cuestión -no precisamente desdeñable- de si resulta o no anacrónico citar a Pedro López de Ayala, un noble alavés del siglo XIV, entre los vascos que se implicaron personalmente en la trayectoria histórico-política de España. Seguro que la idea que don Pedro tenía de la entidad política en la que asumió cargos y responsabilidades -la expansiva Castilla bajomedieval- poco o nada tiene que ver con la España a la que hoy le quieren vincular algunos historiadores pero, insisto, dejemos hoy esa cuestión a un lado.
Del artículo me ha llamado la atención la exaltación casi hagiográfica que se hace de un personaje como José Félix de Lequerica, que colaboró sumisamente con el franquismo y sus tropelías liberticidas, hasta su muerte, en Bilbao en los albores de los años sesenta. De Lequerica se dice que «su carrera política fue impecable». ¿Impecable? ¡Dios mío! ¿Tan ciegos nos hemos quedado ensalzando a España que ni tan siquiera somos capaces ya de distinguir el grano de la paja?
Lequerica fue siempre un hombre muy conservador, que durante la II República fue intensificando sus pulsiones autoritarias hasta convertirse en uno de los más incondicionales partidarios del régimen de Franco. El retrato que hace de su figura el primo del dictador en su obra «Mis conversaciones privadas con Franco«, no puede ser más deplorable: Servil, egoísta, ruin y facha. Muy facha.
Lequerica sucedió a Areilza en la alcaldía de Bilbao, en plena guerra civil. Su discurso de toma de posesión fue un gesto de untuosa sumisión al Caudillo, salpimentado con críticas aceradas a los nacionalistas vascos, por quienes profesaba un odio cerval. De la alcaldía saltó a los oropeles de la diplomacia, pero su primer destino no fue París, como señala El Correo, sino Vichy, la sede del gobierno colaboracionista francés, en pleno periodo de ocupación. Su relación con los regidores pro-nazis y con las propias autoridades del III Reich fue excelente. Tanto, que los alemanes le condecoraron con la cruz de hierro. De Vichy regresó a Madrid, para ocupar la cartera de Asuntos Exteriores. Tras la guerra mundial, Franco quiso enviarlo como embajador a los EEUU, pero sus devaneos con los nazis hicieron que el Gobierno americano le denegase el placet. Conservo copia de un artículo publicado por aquella época en la prensa americana, en la que se se resumía la trayectoria del personaje, bajo un título muy elocuente: «Heil Lequerica«.
Finalmente, consiguió ser nombrado embajador y de ese cargo paso a ocupar la representación permanente en la ONU. Siempre desempeñó sus canongías y prebendas a mayor gloria de Franco y su régimen. Y compatibilizaba el cargo de embajador con el puesto de procurador en las cortes franquistas.
Lequerica decía de sí mismo que no era carlista, sino «carguista«; es decir, un camaleón. Pero nunca abominó públicamente de Franco. Otros, como Areilza, fueron alejándose progresivamente del Caudillo, hasta prácticamente romper con él. Lequerica murió siendo tan franquista como en 1938, cuando asumió la alcaldía de Bilbao.
Como se ve «una carrera política impecable«.
Ayer puse un comentario crítico en este blog y ha desaparecido. Señor Erkoreka, es usted un censor y por tanto no debería dar lecciones a nadie.
Si es que hay quien escribe cada cosa. Cualquier día ensalzarán a José Antonio.
Un Liberal -así se autoproclama- me sugiere la posibilidad de que la hagiografía de Lequerica que El Correo publicó el pasado sábado en su página central, fuese una ironía. Me critica por leer las cosas de una manera tan plana. Es posible. No lo niego. Es posible que el autor del reportaje abomine en el fondo de Lequerica, pero que los responsables del medio le hayan prohibido terminantemente criticar de modo explícito a quien fuera uno de los más intensos colaboradores de El Pueblo Vasco y, una vez fundido este medio con El Correo Español, con el que se intitulase, durante muchos años, el diario de la Falange Española Tradicionalista y de las Jons. Si esto fuera así, se comprendería la necesidad del autor de escribir en un lenguaje criptico, en el que los elogios a Lequerica habrían de interpretarse, sutilmente, como críticas al personaje y su trayectoria. Pero la referencia a Lequerica estaba a en una serie de personajes históricos -vascos que, según el escritor, coadyuvaron activamente en las grandes gestas españolas- en cuyos halagos no había por qué adivinar sutiles ironías. Por eso creo que, aun a riesgo de equivocarme, quien hizo una lectura plana de la biografía de Lequerica fue el autor del trabajo. Se dejó llevar por los oropeles de los cargos que ocupó Lequerica, sin darse cuenta de que vinculaban al personaje con un régimen ominoso, liberticida y antidemocrático.Ya ve, amigo Liberal, que la de censor no está entre mis cualidades más reseñables.
Hay un cuento corto del polaco Sienkiewicz que me parece muy revelador. Narra el encuentro entre dos soldados en la primera guerra mundial. Dos enemigos: un soldado ruso que cae prisionero de un soldado alemán. Descubren que los dos son polacos y que se ven enfrentados por el reparto de su pais por parte de los imperios alemán y ruso. Están horrorizados, habían asumido individualmente el haber sido alistados en los ejercitos de dos paises ajenos y ocupantes con normalidad. El encuentro despierta su conciencia y deciden desertar juntos.
Que peso tiene para el colectivo el que unos vascos hayan buscado su desarrollo individual dentro del imperio al que pertenecian sus tierras? el mismo que para unos italianos, alemanes, flamencos o portugueses que tambien sirvieron o utilizaron el imperio español para enriquecerse legitima o ilegitimamente o para mejorar su vida; Ninguno.
Estimado Josu:
En su crítica del artículo sobre el político conservador y posteriormente ministro de la dictadura franquista, maneja un dato falso: Lequerica sí tomó posesión de la embajada en París el 25 de marzo de 1939 y tras el armisticio (julio de 1940), la embajada se trasladó a Vichy.
Un saludo.
Gracias lontzo, por tu observación. La acepto de entrada, aunque comprobaré el dato que me aportar que ahora, de memoria, no estoy en condiciones de verificar. En cualquier caso, creo que la apostilla no altera lo sustancial del comentario, ni -al menos en mi opinión- endulza la imagen de Lequerica.
Pues vaya lección y menudo bochorno para alguno… Pensando pensando me he dado cuenta de que no hace remontarse a Lequerica para encontrarse con prohombres de «impecable trayectoria», no ya vascos sino en general, que resulta que están implicados en el franquismo hasta el cuello.
Algunos están vivos, otros ya se fueron. Sería aburrido dar nombres, pues los conocemos. Además, tienen tantos discípulos que no vivieron el franquismo sino con pantalones cortos que ya carecen de importancia.
El franquismo junto al medioevo esta considerado una de las epocas mas oscuras de la Europa Comtemporanea ,el bombardeo de Almeria ,Guernika , los fusilados del Jarama ,Un desastre involutivo y antiexistencialista y anticristiano tambien , donde estaba la conciencia de los republicanos y de los nacionalistas cuando se arrasaron poblaciones enteras de seres humanos indefensos ,Increible .
No soy franquista yo ,ni tampoco comunista ,pero lo menos que debio haber hecho Franco fue haber metido la naval espanola contra Castro en Cuba , otro gallo hubiese cantado ,eso creo , No creo que Castro hubiese guapeado ni tenido pantalones para parar a la naval espanola ,quien sabe si USA tal vez hubiese hecho algo , pero ni una ,ni la otra ,asi es el destino .
Kaixo!! (berandu nabil baina post hau ikusi dut eta ezin txiri egin)
Lequerica izan zen AEBtan enbaxadore, 1951.tik 1954.ra. Egia da Francok lehenago bidali zuela eta ezin izan zuela, baina AEBek guda hotzean antikomunismora zeharo egin zutenean, orduan berdin izan zitzaien enbaxadorea Lequerica, Areilza edo beste edonor izan , garrantzitsuena antikomunismoa zen. Gogoratu Lequirica filonazia Espainaren ordezkari izan zela NBEn eta AEBk eman ziola onespena Espainiari NBEn sartzeko.
Beste alde batetik beste batek arrazoi du, Leqeurica Frantzian enbaxadore izan zenean, oraindik Frantzia ez zen okupatua, beraz Parisen egon zen. Noski, egia da orduko Frantzia (gobernua zein gizatea) ez zela Lequericarengandik oso urruti ibili, izan ere frantziar gobernuak kosta ala kosta Alemaniarekin gudarik ez zuen izan nahi (eta horrela joan ziatzaion gudukatu behar izan zuenean).
Noski horrek ez duela Lequericaren jarduna zuritzen, GESTAPOrekin oso ondo eramaten zen eta bera ibili zen Companysen entregaren atzean eta bera izan zen Eusko Jaurlaritzaren Pariseko egoitza kendu izanaren eta espainiar gobernuari eman izanaren arduradun nagusia.
Bestalde, egia da Lequerica faxista zela; Accion Catoliicako Martin Artajoren etsai amorratua zen bere ustez Artajo (beste faxista bat) «leunegia» edo «liberalegia» edo batek daki zer izan zelako. Lequericaren arabera, 1948.eko «udal hauteskundeak» ez ziren egin behar, tertzio familiarra ez zen «bozkaz» («bozka» gezurtia, baina demokrazia jasangaitza Lequericarentzat) aukeratzen utzi behar. Ikus zein faxista zen.
Gainera Jose Felix Lequericaren faxismoa ezin daiteke justifikatu ezta «baina denak hiltzaileak ziren, II errepublikakoak ere bai, biak berdin ziren gaiztoak… eta bakoitzak bere aldea aukeratu zuen eta alde irabazlean zegoenak zortea izan zuen» manipulazio errebisionista esanaz ere; lequericak 1930.ean II errepublika erori aurretik berenguerren gobernuko Ekonomiarako Idazkariorde zela faxismo goraipatzen zuen hitzaildi bat eman bait zuen. 1931.ean La Conquista del estado egunkaria eta JONS fundatu bait zituen eta 1932.ean Sanjurjoren kolpean egon bait zen.
Agurrak
Estimado Josu Erkoreka; muy de acuerdo con su articulo, pero aclararle que Lequerica fue primero embajador en Paris y luego en Vichy. Tan es así que en Wiki/Huntziger (Armisticio Frances 25.06.1940) se puede leer que durante una cena el 19, el Ministro de Asuntos Extranjeros francés Paul Baudoin ( su afín ideologico), pidió a Lequerica que le transmitiera a los Alemanes LA INTENCION DE ABRIR NEGOCIACIONES PARA UN ARMISTICIO. Después y con Francia ocupada y dividida, Franco lo nombra embajador en Vichy. Colaboró de forma tan decidida CON LOS FASCISTAS, que a pesar de haber podido ayudar a los judios españoles en Francia, pues Abetz tomó en cuenta su aparente interes, su única preocupación fue repatriar a los REPUBLICANOS ESPAÑOLES que encontraron asilo en la Francia del 39…………………………….
Saludos!!
Hace dos años que introduje un comentario en su blog, estimado señor Erkoreka. Las personas, todas, leen informaciones, opiniones y posteriores correcciones y modifican las expresiones que utilizan. Estos días he vuelto a retomar el interés por estos comentarios que se lanzan sin respaldo, al hilo del comentario de Mario, después de dos años creo que sería muy prudente por su parte que corrigiera el dato que tanto Mario como yo hemos puesto a disposición de los lectores de su blog
El ejemplo de Lequerica es muy apropiado para tu argumentación pero no suficiente para legitimizar tu conclusión. Posiblemente Lequerica fuera un oportunista que colaboró en su propio interés. Por lo tanto, no le defiendo.
¿Pero qué se podría decir de otros vascos que han participado en la historia? Poco podemos saber de aquellos que se dedicaron a la pintura, escritura o ciencia; pero se puede observar un sentimiento claro en los exploradores, militares o políticos anteriores al SXX; ya que sus dedicaciones implicaban una innegable adhesión al estado. En la wikipedia se pueden ver muchos de ellos:
http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Basques
Por supuesto, si no se mira con perspectiva histórica muchas de sus actuaciones nos disgustarán. Pero esto no obsta a que exista una clara evidencia de la alineación de los vascos (no vasco-franceses, claro) a favor de los intereses españoles a lo largo de toda la historia anterior a finales del SXIX. Encontramos entre ellos a gentes esforzadas y de fuertes convicciones.
La convicción de nación es un fenómeno relativamente nuevo que nuestros antepasados no compartían. Probablemente la divergencia de valores y la decepción que España generó a finales del SXIX fue el detonante que generó este nuevo movimiento. En mi caso (por ejemplo) soy un firme defensor de los valores que caracteriza a la sociedad vasca (trabajo, honradez, austeridad y humildad) pero creo que aún es posible defenderlos desde un punto de vista diferente al nacionalismo. Continuando así el mismo camino en que nuestros antepasados creyeron, participaron y defendieron. Y es que desde mi punto de vista, el nacionalismo es una ruptura con el pasado y destruye lo que nuestros antepasados construyeron con esfuerzo. Pero… ¿Cómo vamos a estar de acuerdo en esto?