Todo el mundo recuerda, en Euskadi, la ceremonia que Fernando Savater, erigido en sacerdote supremo de la españolidad doliente, ofició en el Kursaal de San Sebastián, para solemnizar el matrimonio político entre los candidatos socialista y popular -Nicolás Redondo y Jaime Mayor Oreja, respectivamente- a las elecciones autonómicas de 2001. Aquel acto contó con un inmenso respaldo mediático y el amparo firme de una gran pléyade de intelectuales orgánicos servilmente acomodados bajo la sombra del Poder hispano.
Aquella fotografía parecía definitivamente descartada del panorama político vasco. Pero en los últimos días estamos asistiendo a síntomas que apuntan hacie una cierta resurrección de aquellos alineamientos. Medios, periodistas e intelectuales que -al menos públicamente- habían dejado de suspirar por lo que fue aquél maridaje estratégico entre los dos grandes contendientes de la política española, reemergen de nuevo haciendo propuestas en las que abierta o veladamente se muestran partidarios de recuperar la sintonía estratégica de lo que llaman constitucionalistas, con el único propósito confesado de apear al PNV de las instituciones.
El País de hoy, publica un artículo de Andrés de Blas que se sitúan en este terreno. De Blas es uno de los más destacados teóricos de la nación española. Catedrático de teoría del Estado en la UNED, lleva años escribiendo sobre el tema de la nación y los nacionalismos, desde la tesis básica -que Xacobe Bastida ha desenmascarado recientemente como falaz y tergiversadora- de que España es una nación política y Euskadi -junto a Catalunya y Galiza- son naciones culturales que agotan su naturaleza nacional en la dimensión lingüística y cultural. De Blas siempre se ha manifestado furibundamente contrario a las iniciativas del Lehendakari. No sólo desde presupuestos teóricos. Como se sitúa en los epígonos del PSOE, ha llegado a sugerir a los partidos políticos e instituciones la adopción de medidas concretas para salvar a España de los desafíos del nacionalismo vasco.
El artículo que hoy ve la luz en la cabecera principal del grupo PRISA, lleva por título «El futuro del constitucionalismo en el País Vasco«. En él, se dedica a diseñar una estrategia para el PP, el PSOE y el partido de Rosa Díez, que podría culminar en lo que a su juicio es la tierra prometida: El triunfo del constitucionalismo. Un triunfo que, en su opinión, resulta «una opción posible y capaz de imprimir un nuevo rumbo para la política vasca del siglo XXI«.
De Blas vislumbra que, a la luz de los resultados del 9-M, las elecciones autonómicas pueden ser «la oportunidad para que el socialismo vasco acceda al poder«. Pero para él es importante que el PP se encuentre, también, fuerte en Euskadi. Y para ello le sugiere que, sin renunciar a sus principios, opte por «una política más flexible , en última instancia, más eficaz de combatir al nacionalismo«. Nótese la nitidez con la que se perfila la meta: Combatir con más eficacia al nacionalismo (vaso, claro)
Pero, ¿para qué desea De Blas un PSOE ganador y un PP fuertes en Euskadi? Su objetivo es reeditar el intento frustrado de 2001. Leámoslo formulado con sus propias palabras:
«El camino abierto por el entendimiento entre Mayor y Redondo ha sufrido una transformación en los últimos años. Pero es un camino que, respetuoso con la nueva situación caracterizada por el liderazgo socialista, puede conducirnos todavía a la definitiva superación de una crisis demandada por el conjunto de la sociedad vasca y española»
Entonces sí, todo el mundo vivirá feliz y los vascos gozaremos de una tierra de cuyo seno manará leche y miel. Esto no lo dice él, pero lo añado yo, porque es el corolario lógico del proceso salvífico que diseña.
Como se ve, la Brunete intelectual se apresta de nuevo. Sus formas son más sutiles, pero su objetivo es el de siempre.
JELen agur
Podrían darse varias posibilidades de entendimiento futuro (aparte de la actual).
-La menos probable es que PP o PSE alcancen un acuerdo de gobierno con el PNV. No parece que las actitudes que muestran los partidos conduzcan a esta opción.
-La otra es reeditar la alianza PP-PSE. Es la más probable si los números cuadran. Aunque los líderes son distintos, hay que recordar cómo el PP demonizó la salida de Nico Redondo de la dirección del PSE, criticando a la nueva ejecutiva de afín al nacionalismo y en los últimos días Basagoiti ha tendido la mano a esa ejecutiva. ¿Quién ha cambiado? Nadie. O como dicen los marxistas ”cambiar para que nada cambie”.
-No hay que descuidar la opción “a la catalana” que es la gran alianza de izquierdas en Euzkadi entre PSE, IU-EB, Aralar y EA con acuerdo puntuales con la
Izquierda radical Abertzale (de formato). En números esta es la más difícil, pero es la más deseada por todos ellos (a excepción de honrosas excepciones de algunos sectores de EA).
¿Qué pasaria si triunfase el constitucionalismo? Coalición PSE-PP. Lo primero que intentarian es que asumiesemos la derrota y abandonásemos nuestras legitimas aspiraciones. Pero…¿han abandonado ellos las suyas tras 25 años de pérdidas consecutivas? Creo que el derecho a decidir, la defensa de nuestra identidad en Europa y el Mundo, la construcción de una sociedad vasca libre, próspera, cohesionada y social son nuestros objetivos. ¿En que se diferencian los suyos?¿Que aporta de cambio el constitucionalismo español?
Besarkada Aundi bat JELen
Kaixo, Julen. Algún día dedicaré un post a analizar las posibilidades reales de lo que calificas como «opción catalana». Es muy interesante. Pero como consideras que «lo más probable» es que prospere la reedición de la alianza PP-PSOE, hoy añado un dato al post de ayer. La prensa que hace unos años golpeó sin piedad las iniciativas del Lehendakari, vuelve por sus fueros. Hoy he leído una carta al director en EL PAIS -ya se sabe que gran parte de las cartas al director se escriben y publican con el específico propósito de crear el ambiente que desea generar el medio a favor o en contra de las iniciativas políticas- en la que se exclama con entusiasmo un ¡Podemos!, que no se refiere al lema con el que se quiere apoyar a la selección española a ganar la Eurocopa, sino a algo parecido, a que la selección española integrada por el PP y PSOE -el artículo es, en realidad, un canto a favor de la unidad de estos dos partidos- reduzcan de una vez y para siempre el «radicalismo del nacionalismo periférico» y la «sombra del terrorismo etarra». Como siempre, juntos el nacionalismo periférico y el terrorismo etarra. El final de la carta es apoteósico: «¡Podemos! seguir defendiendo que vencerá el constitucionalismo y la libertad. ¡Podemos! Seguro; desde la unidad».Es evidente, pues, que se están moviendo.
¿Por qué en algunos post se pueden introducir comentarios y en otros no?
Perdona, Josu. Sé que enn un post anterior te llame Jose, porque el autocorrector de mi Word me jugo una pasada sin darme cuenta.En este momento somo Joseba y Josu.JELen agur
En todos los post de este blog se pueden introducir comentarios y te puedo asegurar que, hasta la fecha, no he censurado ninguno. Si algunos tienen comentarios y otros no, supongo que será porque no todos suscitan el mismo interés. Admito, sin embargo, que por cuestiones vinculadas a mi agenda de trabajo, no siempre mantengo rigurosamente al día el blog. Lo cual significa que, en ocasiones, la publicación de algunos comentarios se retrasa un poco.