Ayer, domingo, la prensa de Vocento publicaba un artículo titulado «Hipocresía y dejadez en la defensa del Concierto«, que firmaban conjuntamente Unai Ziarreta, Joseba Azkarraga, Mikel Irujo, Begoña Lasagabaster y (José) Rámón Urrutia. Su lectura me ha traido a la memoria una fábula de Samaniego, que dice así:
En una alforja al hombro
llevo los vicios,
los ajenos delante,
detrás los míos.
Esto hacen todos.
Así ven los ajenos,
mas no los propios.
Resulta increíble comprobar a qué extremos puede llegar la creatividad de los militantes -y muy especialmente de los cargos- de Eusko Alkartasuna cuando se trata de vender ante la opinión pública una imagen de trabajo y radical coherencia de planteamientos. Resulta, sencillamente, increíble. El observador imparcial que lea el artículo citado puede quearse con la falsa idea de que es Eusko Alkartasuna -y sólo ella- la que ha promovido durante los últimos años todas las iniciativas valientes, honestas y eficaces que se han presentado en defensa y blindaje del Concierto Económico, frente a la desidia, el desinterés, la negligencia y la falta de coraje de los demás, incluido, por supuesto, el PNV que, no por casualidad, siempre está presente en los documentos elaborados por los eakides.
La maestría y el descaro con la que habitualmente inflan sus activos, queda especialmente patente en el último párrafo del artículo, que sintetiza lo esencial de su contenido. Veamos lo que afirman los dirigentes de la euskal sozialdemokrazia a la que, como gráficamente reconoció Ricardo Barainka en una entrevista de prensa, «nadie cree» su condición progresista y de izquierdas:
«Desde el compromiso con nuestras ideas y desde un planteamiento coherente hemos propuesto acciones concretas para blindar nuestro sistema fiscal, y todas ellas han sido rechazadas o no secundadas por quienes, ante una campaña electoral, querían ser únicamente titular de un día. Y es que en Eusko Alkartasuna preferimos los hechos a las palabras».
Difícilmente pueden condensarse en tan pocas palabras, dosis tan elevadas de autohalago, grandilocuencia huera y palabrería pretenciosa. Toda la inflacción dialéctica que encierra el fragmento transcrito, henchido de «compromisos» y «coherencias» casi heróicas aunque lamentablemente defraudadas por el PP, UPN y PSOE y vilmente traicionadas por un PNV que sólo buscaba el «titular de un día», es para vendernos que en el mes de diciembre, enviaron un escrito a la «Secretaría de Estado para la UE en Madrid», con objeto de perdirle que incorporase al Tratado de Lisboa una clausula que permitiese blindar nuestro sistema fiscal ante la UE.
Los firmantes del artículo aseguran que en EA prefieren «las palabras a los hechos». Pero, ¿era, de verdad, necesaria tanta palabra -todo un artículo de opinión en la prensa de Vocento- para aludir a tan poco hecho?
No noy a negarles el mérito que tienen. Si dicen que han enviado un escrito -de una transcendencia, al parecer, tan crucial- «a la Secretaría de Estado para la UE, en Madrid», será verdad. Pero me hace gracia -mucha gracia- que se sientan en la necesidad de precisar que les consta que «fue la única propuesta concreta que recibió el Estado español en este sentido».
¿Les consta?
Los dirigentes de EA cree que, los demás partidos compartimos con ellos el vicio de no trabajar más que para el escaparate. Pero se equivocan. Ellos -esto es sobradamente conocido- no hacen nada que no exhiban de inmediato ante la prensa como si fuese la gran iniciativa del siglo. Es más. Incluso hay ocasiones en las que venden como grandes logros cosas que no han hecho. Tengo ejemplos.
Los demás, sin embargo, los que estamos obligados a actuar con responsabilidad para, entre otras cosas, neutralizar sus caprichos infantiloides de adolescentes necesitados de autoafirmación, llevamos a cabo muchas gestiones discretas que nunca trascienden. Entiendo que ellos, volcados en las portadas, no comprendan esto, pero es así.
Con todo, hay ocasiones en las que el trabajo no puede quedar cubierto por el manto de la discreción. Así ocurre con gran parte del trabajo parlamentario que, al desarrollarse en sesiones abiertas, con luz y taquígrafos, resulta inevitable que dejen alguna constancia pública. Para eso está el diario de sesiones.
Pues bien, los diarios de sesiones del Congreso de los Diputados de los cuatro últimos años dejan constancia fehaciente de que, si algún grupo ha trabajado con dedicación y coherencia por la defensa del Concierto Económico, ha sido el grupo parlamentario vasco (EAJ-PNV), frente a una EA que en la mayoría de los casos ha asistido a los debates como mera comparsa, siempre tentada, eso sí, a ponerse en el camino alguna medalla ajena. Ahí se que existe «constancia» de que han sido las unicas iniciativas presentadas ante las instituciones centrales del Estado.
Cuando se tramitó la Ley de Educación, fue el PNV el que presentó y defendió las enmiendas que planteaban la necesidad de que la financiación de la reforma se llevase a cabo con arreglo al sistema concertado. EA no estaba en eso. Con la Ley de Dependencia, igual. EA ni se enteró de que aquella Ley descansaba sobre un planteamiento financiero que podía socavar el Concierto Económico. Otro tanto ocurrió con la exigencia de incorporar al cálculo del Cupo, los gastos del prestige, la financiación de la Sanidad y la ampliación de la Ertzantza. Sólo fue defendida en Cortes por el PNV. EA, mientras tanto, se dedicaba a mirarse al espejo para comprobar si su estética era suficientemente progresista.
En la tramitación de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, sólo el PNV presentó las enmiendas relativas al blindaje del Concierto Económico. EA ya tenía suficiente con andar por ahí proclamando a los cuatro vientos -ahora nos hemos enterado de que lo hacía con un instrumento tan popular como el megáfono, cosa que nos ha sorprendido porque siempre les hemos visto en salones institucionales, con alfombras mullidas y modernos micrófonos de avanzada tecnología- que ellos son independentistas y de izquierdas. Y en la tramitación de la Ley quinquenal del Cupo, el peso parlamentario, siguió recayendo en el PNV. EA estaba en la peluquería, adaptando su look a los requerimientos de la progresía más avanzada.
Si hubiese sido por EA, nada de esto se hubiese hecho en las Cortes Generales durante los últimos cuatro años. Y que ahora, por haber enviado en diciembre un escrito «a la Secretaría de Estado para la UE, en Madrid» pretendan venderse como los unicos valedores del Concierto Económico, frente a un PNV que, según ellos, sólo busca «el titular de un día», resulta hilarante. Patético.
Por no lograr, ni tan siquiera han logrado el titular de un día que buscaban con el artículo de opinión.
Sería bueno que las elites de EA virasen la alforja que llevan al cuello, a fin de situar delante la que alberga sus vicios. Seguro que así, sus intervenciones serían un poco más ponderadas
Bada garaia norbaitek ere gauzak argi uzteko EA-koei, halako kanpaina zikiña PNV-ren kontra, halako kanpaña lotsagarria egin ez dutena egin dutela esaten!! bada da bai garaia, EA dagokion lekura itzultzeko.
Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.
Otto von Bismark (1815-1898) Político alemán.
Es una verguenza el tiempo y el esfuerzo que EA ha invertido en la campaña electoral para criticar al PNV. Ni al PP, ni al PSOE, ni a Rosa Díez. Al PNV y sólo al PNV. A mí, que en más de una ocasión he votado a EA, me ha parecido impresentable. No les volveré a votar.