Esta semana he dedicado poco tiempo al blog. Justo lo indispensable para dar cuenta en él de algunos acontecimientos que, en mi opinión, no podían dejar de registrarse en una plataforma de comunicación como esta: El desayuno de Anxo Quintana, la alarma que ha prendido en la caverna por el traspaso a Euskadi de la I+D+I y la recepción de navidad, que contó con la inesperada presencia del presidente del EBB.
No ha sido la desidia la que me ha mantenido alejado del ordenador. Me tengo por hombre trabajador y disciplinado. Tampoco el desinterés. El blog engancha.
Si no he podido prestarle más atención ha sido por la intensidad del trabajo que hemos tenido que desarrollar en la cámara. En más de una ocasión, estos días anteriores, me he acordado, con ironía, de quienes desean servirse de las imágenes del hemiciclo desierto y los escaños vacíos para transmitir a la opinión pública la percepción de que en las Cortes no se trabaja. ¡Qué a gusto hubiese utilizado la -teórica- obligación de estar presente en el escaño como coartada para ahorrarme otras muchas gestiones -personales o telefónicas; y no todas agradables, por cierto- que me han ocupado estos días.
Hoy, viernes, algo más relajado, aprovecharé este post escoba para recoger algunas de las cosas que no he tenido ocasión de consignar a lo largo de la semana
La pregunta de Rajoy a Zapatero: El PSOE se habajado los pantalones ante el PNV
Finalmente, Rajoy hizo a Zapatero la pregunta a la que me refería en el post del martes (Ver La España eterna reacciona contra la transferencia a Euskadi de la I+D+I). Y ocurrió lo previsible. Rajoy afirmó que los presupuestos del Estado no responden al interés general -de España, se supone- y que las contraprestaciones otorgadas al PNV para conseguir su apoyo, constituyen, literalmente, «una bajada de pantalones».
Desde una acerba posición crítica, Rajoy puso a Zapatero como chupa de dómine por lo que a su juicio constituye una auténtica claudicación ante el PNV. Y se sirvió, para ello, de las contradicciones existentes entre lo que el Gobierno ha venido defendiendo en relación con las materias sobre las que versa el acuerdo y la actitud que no ha tenido más remedio que adoptar, al final, frente a la presión del nacionalismo vasco. He aquí sus palabras, directamente extraídas del Diario de Sesiones:
«Miren lo que decía la señora ministra de Ciencia y Tecnología: La transferencia es el camino hacia la fragmentación. La transferencia no es rentable para Euskadi. Los fondos percibidos por el País Vasco serán superiores si no se hace el traspaso. Los esquemas de financiación y solvencia del Estado tienen dificultades para competir en la esfera internacional ¿Es verdad esto que ha dicho la ministra? En el caso de la Ertzantza le he preguntado: ¿Los Mossos d´Esquadra son de peor condición o tienen que votarle esos grupos parlamentarios sus presupuestos para que sean tratados igual?
Señor presidente del Gobierno, aquí el interés general no ha sido tenido en cuenta ni a la hora de elaborar el presupuesto -en el que nadie cree- ni a la hora de adoptar la transferencia del I+D -su ministra lo había negado- ni tampoco a la hora de tomar las decisiones sobre la Ertzaintza, asunto al cual usted también se había negado y lo remitió al Pacto de Toledo. Aquí a lo que hemos asistido para que le aprueben unos presupuestos que no valen es a una descomunal bajada de pantalones».
El pasaje transcrito -todo él, insisto, extraído de Diario de Sesiones- suscita varias reflexiones.
a) El acuerdo presupuestario alcanzado con el PSOE ha conseguido arrancar al Gobierno de España compromisos que, de otra manera, nunca los hubiese adquirido. Lo digo con nitidez: Nunca. Los ministros y ministras -incluida nuestra querida Cristina Garmendia, como es evidente- habían ido demasiado lejos en su oposición a lo que, finalmente, el Gobierno no ha tenido más remedio que hacer. Pero incluso más allá de las declaraciones ministeriales, la reacció de Rajoy permite constatar que existía, cuando menos, una complicidad de fondo entre el PSOE y el PP para no tocar esos asuntos que afectan a Euskadi
b) La invocación al interés general por parte de la derecha española es como una especie de apelación salmódica a principios y valores de naturaleza más religiosa que política. El problema es que, en el PSOE, hay muchos que comparten la fe hispánica de los conservadores y sintonizan con ellos en este tipo de planteamientos políticos.
c) Quienes se han mostrado reticentes o han criticado abiertamente el acuerdo alcanzado para la transferencia del I+D+I, tienen aquí un indicador válido de lo que el traspaso ha supuesto para el imaginario nacional hispánico: Ha sido una bajada de pantalones en toda regla, frente a los nacionalistas vascos del PNV. Si les ha sentado tan mal a los cruzados de la causa nacional, es evidente que el traspaso no estaba tan mal planteado como algunos han pretendido.
d) Los socialistas vascos quedan más en evidencia que nunca ante Euskadi. Esas medidas -el traspaso del I+D+I y la reducción de la edad de jubilación de la Ertzaintza- no se iban a llevar a cabo con el gobierno del PSOE. Sus jefes de Madrid las habían vetado, mientras ellos callaban mansamente en Euskadi. Ha tenido que arrancarlas el PNV, en el marco de un acuerdo presupuestario, por mucho que ahora, algunos socialistas vascos anden -patéticos- dando tumbos, de empresa en empresa, de colectivo en colectivo, de sindicato en sindicato y de centro tecnológico en centro tecnológico, poniéndose medallas ajenas e intentando hacer ver a sus responsables que lo que hemos logrado los nacionalistas vascos es, en última instancia, algo a lo que acceden los socialistas y que también ellos son acreedores a algún reconocimiento.
El premio de la APP al mejor orador del año 2008
La Asociación de Periodistas Parlamentarios organiza todos los años una gala de navidad, en la que distingue a algunos electos -diputados, senadores y europarlamentarios- con una serie de galardones que premian o reconocen diversos aspectos del quehacer parlamentario.
Algunos de estos premios tienen un sesgo claramente positivo, como el que se concede al diputado revelación, al senador del año o al diputado más activo. Otros, como el que se otorga a la pregunta más original, obedecen a un perfil más bien cachondo. Y, en fin, tampoco faltan los que encierran un cariz más bien negativo: El diputado desconocido, por ejemplo, o el azote de la prensa.
En el PNV sólo hemos tenido premios positivos, lo que sirve como indicador de la calidad que reviste nuestro trabajo parlamentario. En su época de diputada, Margarita Uria fue la más trabajadora en más de una ocasión. Iñaki Anasagasti repitió, también, como azote del Gobierno en la época más dura de Aznar y el año pasado fue calificado como senador del año. Hace seis años yo fui nombrado diputado revelación. Como se ve, la imagen que ofrecemos en las Cortes se asocia, en general, al trabajo y la calidad.
Este año estaba nominado para el premio «Emilio Castelar» que se concede al mejor orador. Compartía nominación Ramón Jauregui, Gaspar Llamazares y el senador popular Pío García-Escudero.
Durante los días previos, los periodistas de la asociación me transmitían buenas impresiones. «Estás bien situado«, me confesaban unos. «Tu candidatura tiene serias posibilidades«, observaban otros. Pero no quería hacerme ilusiones. El año pasado estuve nominado también para este premio y el galardón recayó finalmente sobre Durán que es, sin duda, un extraordinario orador.
Finalmente el premio fue para mí, por lo que -no lo oculto- estoy muy contento. Sería ridículo negarlo. Se trata de un premio que, más que mi trabajo individual o mis cualidades personales, reconoce la labor de un equipo. Una trayectoria colectiva que arranca con Xabier Arzalluz en 1977, continúa con Marcos Vizcaya y llega hasta mí a través de Iñaki Anasagasti, que desempeñó brillantemene la portavocía del grupo durante 18 años, dejando, entre políticos y periodistas, una estela inmejorable.
El premio es también el reconocimiento al trabajo de un grupo parlamentario, integrado por diputados y asistenes, que trabaja cohesionado, optimista y esperanzado, ofreciendo un resultado de gran calidad. No lo digo porque me toca, sino porque lo creo así. Cualquiera de sus miembros electos -Aitor Esteban, Jose Ramon Beloki, Emilio Olabarria, Pedro Azpiazu e incluso Joseba Agirretxea, que acaba de llegar- podría pasar, los próximos años, de la condición de nominado -algunos ya lo han sido estos últimos años- a la de premiado. Tengo plena confianza en ello.
Pero como toda luz genera su sombra, ayer, jueves, después de efectuadas las que probablemente serán las últimas votaciones parlamentarias del año, empezó a agudizarseme ostensiblemente el catarro gripal que venía enseñando su patita a lo largo de la semana. Y como tampoco así dejé de hablar -en el aeropuerto Pedro y yo nos encontramos con un empresario que nos planteó cuestiones relacionadas con nuestro trabajo como diputados- por la noche, cuando llegué a casa, me encontraba afónico. Y esta mañana, apenas he podido salir de casa. Parece que el virus se ha atrincherado en mi organismo, tomando posiciones que no está dispuesto a abandonar por las buenas.
El médico me ha recetado lo habitual en estos casos y me ha dicho que procure no hablar. Paradojas de la vida. Me quedo mudo al día siguiente de ser nombrado por los periodistas parlametarios como el mejor orador del año.
Cuesta entrar en esta página.Te pone en inglés eso de cannot.Zorionak¡.Son premios bastante injustos y desbalanceados,aunque agradan. Y llevas dos.Te hacen justicia,aunque no te los creas.No seas como Duran.Al senado lo tienen,como otros,preterido.Lo mejor ,la cena y el ambiente que demuestra que la gente es bastante normal y las diferencias escasas.Lo demás es pose.Espero que Karmentxu Marin te haga una buena entrevista.Y que para tu tranquilidad no ponga algo semejante a aquel titular. En mi caso no son dos.Son cuatro.Los tengo en una repisa.Y siempre lamenté que a Inmaculada Loroño nunca le dieran nada habiendolo merecido.Tambien ,como dices,a otros. Son peligrosos en el sentido de que te alejan de la realidad y de lo que has sido. En cuanto al premio,la mejor definición del orador se la escuché a Santiago Aznar que repetía lo que le había dicho el Lehendakari Aguirre:El mejor orador es el discurso de la madre hablando de la enfermedad de su hijo.Cuando sientes algo,lo transmites.Eso es la oratoria,no la erudición,que también.Repito,Zorionak.
Tiene bemoles que le den el premio al mejor orador a un nazionalista que odia el ellano.
[…] es habitual en él, realmente bien. No en vano, ya ganó el premio “Emilio Castelar” al mejor orador. Es justo reconocer que tanto Jauregi como Gallardón estuvieron en su papel, sin estridencias, […]