O el fin de ETA es dialogado, o no habrá un fin claro cierto del terrorismo. No obstante, para que exista una negociación entre el Gobierno y la banda armada, ésta tiene que asumir su derrota.
No se le puede pedir al próximo Gobierno del Estado español que vuelva a negociar con ETA, más que en la medida en que se den las condiciones que se contemplan en la resolución del Congreso de mayo de 2005 para explorar la posibilidad de un fin dialogado.
El guión de un fin de ETA, cualquiera que sea el Gobierno que vaya a intentarlo en el futuro, está recogido en esa resolución. Otra cosa es que la resolución haya de gestionarse con más o con menos rigor, o con más o menos complicidad con el resto de las formaciones políticas del arco parlamentario.
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