La semana pasada atendí a una entrevista en el espacio matutino que el periodista Juan Ramón Lucas dirige en Radio Nacional de España. Siempre me ha parecido un excelente programa. Confío en que la nueva dirección del ente comparta mi punto de vista y no le aplique la contundente motosierra que estos días campea a sus anchas por los servicios públicos. El espacio incluye una interviu, que suele desarrollarse en un tono amigable, aunque no por ello superficial o liviano. Siempre da comienzo con la sintonía de una canción, que ha sido elegida por la persona entrevistada.
En esta ocasión -no era la primera vez que participaba en el programa- elegí una clásica de Bob Dylan, que lleva por título Don´t think twice it´s all right; una obra que, si no me equivoco, fue editada por primera vez en los albores de los años sesenta, formando parte del album titulado The freewheelin. Opté por esta canción -y así lo expresé desde los micrófonos de la emisora- porque, en el momento en el que preguntaron por la sintonía con la que deseaba ilustrar el arranque de la entrevista, me acordé de que esta semana -ayer, para ser más exactos- el veterano cantante americano tenía programado un concierto en Bilbao, al que tenía previsto asistir con mi familia. Hacía más de dos meses que mi hijo mayor, Jokin, se había hecho con las entradas en un cajero automático.
Siempre he creído que, dentro de la vasta producción musical del poeta de Duluth, The freewheelin alberga algunos de sus principales tesoros creativos. Y Don´t think twice es, para mí, una de las grandes. No lo pienses dos veces, no le des más vueltas, está bien como está. La canción revela las reflexiones de un hombre sobre la experiencia amorosa que le vinculó a una mujer; una experiencia frustrada, porque él le dió el corazón, pero ella le pedía el alma. La enseñanza, sin embargo -no le des más vueltas, está bien- es válida para cualquier otro ámbito de la vida en el que una vivencia intensa o una idea recurrente pueden llegar a obsesionarnos si no somos capaces de cerrar la carpeta con un terminante Don´t thin twice, it´s all right.
Pedí la versión original, por supuesto. Porque esta -como otras muchas de las canciones que figuran en The freewheelin– ha sido modulada en decenas de versiones, adaptadas a todo tipo de voces y estilos. En el volúmen I de sus Crónicas, Bob Dylan cita la de Glen Campbell, con el que contactó en el auditorio de Santa Mónica, junto con otros intérpretes que habían hecho versiones de sus canciones. No es, sin embargo, la más conocida. Don´t think twice ha sido adaptada y cantada, entre otros muchos, por Joan Baez, Peter, Paul & Mary, Elvis Presley, Waylon Jennings, Jerry Reed, Susan Tedeschi y, por supuesto, Johnny Cash, cuya versión es, a mi juicio, una de las mejores. La más original será, probablemente, la de Ke$ha.
Son muchos, como se ve, los cantantes de los más variados estilos -desde el Country hasta el Blues- que han sentido alguna emoción ante este histórico título de Bob Dylan, y han querido recrearlo, volcando sobre él su talento creativo o interpretativo. Pero la composición también sedujo a muchos que por las razones que fuera, renunciaron a interpretarla. El propio Dylan relata en sus Crónicas que, en un viaje que hizo a New York, tuvo la suerte de cenar con Frank Sinatra junior, quien le confesó que le gustaban algunas de sus canciones como Blowin in the wind y Don´t think twice. No recuerdo que las incluyera en su repertorio, pero parece claro que le gustaron.
En el concierto de ayer, Bob Dylan no cantó Don´t think twice. Pero he de reconocer que tampoco estoy seguro de que, si lo hubiera hecho, hubiese sido yo capaz de identificarla. Aunque he escuchado numerosas versiones de esta canción -la he oído en bocas masculinas y femeninas, con voces nasales, naturales e impostadas, con acompañamiento de guitarra y de banda, con aire de blues, de rock y de country- lo más probable es, insisto, que si su autor llega a entonarla en el concierto de ayer, me hubiese costado darme cuenta de lo que estaba escuchando. Porque eso es, exactamente, lo que me ocurrió con otros títulos de su repertorio clásico. Que sólo después de la segunda o tercera estrofa me daba cuenta de lo que estaba escuchando. La voz cascada y rota del ya setentón Bob Dylan apenas entona las canciones que interpreta. Se limita a recitar nasalmente la letra, en un tono casi monocorde. Conocí Tangled up in blue, gracias a que la tonadilla de la canción fue magistralmente interpretada por la banda. Like a rolling stone, sólo nos empezó a sonar a partir de how does it feel… Y la propina, Blowing in the wind, sonó, si se me permite la comparación, como una carraca.
Decía Dylan en sus Crónicas que la mayor parte de las versiones de sus canciones «acababan por perder de vista su esencia». A lo largo del concierto, recordé esa frase en más de una ocasión. Me daba la impresión de que eran la versión tardía del propio Dylan la que había perdido de vista la esencia de algunas de las canciones que el mismo había compuesto cincuenta años atrás.
Al término del concierto, coincidí con unos jóvenes que salían del recinto un tanto decepcionados. Los más veteranos -el público estaba hegemonizado por los que ya hemos superado la cincuentena- nos resistimos un poco más a poner en cuestión los méritos y la apuntalada grandeza de un mito como Bob Dylan. Hablé con ellos de la biografía artística de Dylan, recordando que sus años más fructíferos fueron los sesenta y quizás los setenta, hasta Hurricane. Pero como me miraban con gesto escéptico, concluí: Don´t think twice it´s all right.
Josu, creo que la música ha perdido un gran crítico musical con que dedicaras tu potencial intelectual a una cosa tan enana como es el nacionalismo en general y el nacionalismo vasco en particular. Una pena.
Yo, de Bob Dylan, sin ninguna duda, me quedo con su obra maestra «Blowing in the wind”, y de ella, extraigo aquello de “How many times can a man turn his head, and pretending he just doesn’t see?”; no sé, encuentro que la pregunta tiene un tufillo antinacionalista delicioso (con perdón).
Estoy totalmente de acuerdo con él cuando dijo aquello tan sabio de que “la única cosa que la gente tiene realmente en común es que todos vamos a morir”. Realmente el mundo sería infinitamente más fácil si los que os empeñáis en potenciar chiringuitos amparados en los más diversos y pintorescos hechos diferenciales tuvierais siempre presente esa reflexión dylaniana.
En fin, recibe mi entusiasta felicitación y gran aplauso por tu acertado comentario musical… y unos sonoros pitos por tu insistente y aburrido tesón nacionalero.
Saludos cordiales
¡Hay qué joderse, Erkoreka! ¡Tú, cómo siempre dando en el clavo!
http://www.elperiodico.com/es/noticias/tele/rne-prescinde-juan-ramon-lucas-toni-garrido-pepa-fernandez-2074322?utm_source=rss-noticias&utm_medium=feed&utm_campaign=portada
Menos mal que le gustaba Bob Dylan. Si le llega a caer mal lo fusila.
De acuerdo con Daniel en lo relativo al comentario crítico-musical de Erkoreka.
En desacuerdo con la Fundacion que, como es habitual en él, sólo escribe necedades al dictado de Ajuria Enea. Por cierto, no dice nada sobre si le parece bien o no que el fascismo pepero haya destituído a Juan Ramón Lucas. Erkoreka, cuando menos, le expresa su apoyo y solidaridad. De Fundacion no sabemos si apoya el cese fulminante o lo critica. Sólo sabemos que entra en este blog por mandato de PPatxi LóPPez para criticar a Erkoreka, diga lo que diga y haga lo que haga.
En absoluto desacuerdo con Daniel cuando considera que la frase de Blowing in the wind que reproduce en su comentario, tenga un tufillo antinacionalista. Lo que tiene es un tufillo antiviolento y antiimperialista que estaría bien que él, como buen español que es, apuntase en su cuaderno de notas. El que está tardando mucho en volver la cabeza y abrir los ojos para ver la realidad que deja tras de sí, es el español medio, cuyo caminar por la historia ha dejado un rastro de sangre, intolerancia, guerras, invasiones y destrucciones, que no es, que se diga, muy plausible.
Estimado Josu: Ayer el nuevo director de RNE le ha pedido a J.R. Lucas que se vaya. Los nuevos gestores son como la voz de su amo y como en tiempos de la dictadura, solo quieren oir si buana. Ud decía en si intervención del Miercoles a Rajoy: «……ya tiene su diez de Mayo Sr. Rajoy….., en alusión a Zapatero y el comienzo de su caida en desgracia. Estoy de acuerdo, pero esta vez irá acompañado de un «cover up» y no nos enteraremos de lo que pasa, como en la época de Franco, por medios oficiales. Lo que espero es un fracaso sonado, ya que pensar en recaudar por la subida del IVA 2.300 MILLONES MAS HASTA EL 31 DE DICBRE. es una ilusión de Montoro. En fín mas fraude y mas encubrimiento para que no se sepa SU FRACASO.
SALUDOS
Yo lo ví (es un decir) en el concierto que dio en la Zurriola… tirada en la arena …. una gozada… Se oía bastante mal y echamos la culpa a los altavoces… pero va a ser que no era culpa del equipo de sonido por lo que leo.
La Fundación, aplaudiendo a los inquisidores que han cesado fulminantemente a Lucas, se parece a Andrea Fabra gritando «que se jodan» a los perceptores de desempleo afectados por los recortes de Rajoy.
Sabíamos que Fundación, que cambia de nombre cada dos por tres, era español y mercenario. Ahora sabemos, también, que es un miserable, que se mofa de los profesionales represaliados por el PP en el ente público de radiotelevisión española.
Yo creo, como Erkoreka, que Lucas dirigía un programa excelente. Seguro que el que ponga la fachenda en su lugar no le llegará a la altura del tobillo. Será un tipejo sin escrúpulos como La Fundación. Al tiempo.
«El que está tardando mucho en volver la cabeza y abrir los ojos para ver la realidad que deja tras de sí, es el español medio, cuyo caminar por la historia ha dejado un rastro de sangre»
Sumusu, sospecho que ese halago tuyo de «buen español» contiene un burdo intento de insulto. Lástima que, si quitamos el adjetivo, el gentilicio me deje absolutamente frío tanto si el conjunto es una cosa u otra.
Oye, yo no me voy a atrever a calificarte de buen o mal vasco, y si que tengo que darte la razón en cuanto al comportamiento nada edificante de nuestros antepasados en numerosas ocasiones (dicho sea de paso, no mucho peor que el alemán, inglés o francés, la verdad sea dicha). Pero si que me asalta una duda: ¿En ese perfil de «español medio» abarcas tambien a la sociedad vasca donde en su seno nació, creció y pervive la única banda terrorista (ahora en stand by) de Europa en la actualidad?
… más que nada lo digo por aquello de la cosa sangrienta, ya sabes.
Saludos cordiales
JELen agur
Me parece Dylan el más grande. menos mal que no lo voy a ver cuando aparece, porque me defraudaría, por tus comentarios. Es habitual que él mismo versione sus propias canciones, pero que ya no se le distinga ni la tonadilla…
Me quedo con el recuerdo del Dylan grande de los sesenta y setenta. Muchas, muchas canciones maravillosas de este genio que hay que recordar siempre y que tantos hoy en día pretenden emular.
El dueto de Girl form the north country con Johny Cash, knockin’ on heavens door y tantos otros temas. Freewheelin’ entero.
Claro, Daniel, yo estoy en contra de ETA, que siempre he condenado. Nos ha machacado durante cincuenta años. Pero las violencias españolas sin inveteradas. Desde las Navas de Tolosa a la conquista de América. Data de siglos. Y ya veo que tú solo deploras con la boca pequeña la historia de la violencia española. Comparàndola, desde una actitud muy nacionalista española, con la de los franceses y los ingleses. Como los enemigos históricos también han sido malos, no es tan criticable la trayectoria española. Yo condeno a ETA, pero a tí, la violencia histórics española te inspira comprensión, porque no es peor que la francesa o la inglesa.