En el informativo del canal 24 horas de Televisión Española, tuve ocasión de ver, ayer mismo, un breve reportaje sobre el fin de ETA, en el que se aseguraba que la dirección actual de la organización terrorista, débil, inexperta y carente de mando real, no se sentía autorizada para tomar por sí sola una decisión tan trascendental para su historia como la del cese definitivo de la actividad armada, que ha constituido su principal razón de ser durante el último medio siglo, y había delegado la cuestión en los presos de la banda que, siempre según la información suministrada por el citado medio, estarían organizándose bajo la coordinación de la abogada Arantza Zulueta para debatir sobre el particular y adoptar, en su caso, la resolución que corresponda.
Me ha sorprendido sobremanera encontrarme con un reportaje así en la televisión pública. Si es cierto que esos movimientos se están dando, no es normal que se publiciten a los cuatro vientos, nada menos que a través de la televisión pública. Y, en sentido contrario, el hecho mismo de que se den a conocer con tanta parafernalia las tribulaciones internas, cavilaciones e intenciones de una organización terrorista ilegal y, por ende, se supone que clandestina y por tanto opaca e impenetrable para los medios de difusión, invita a sospechar que las informaciones sean falsas o fruto de algún propósito intoxicador no siempre confesable.
A menos, claro está que, matiz arriba matiz abajo, los datos publicados sean básicamente ciertos y que alguien los haya filtrado a la prensa -sólo a determinada prensa- porque su difusión y conocimiento público le interesa por algún motivo.
Y ante todo ello, uno se pregunta: Qui prodest? ¿A quién le interesa que a tan solo tres meses de las elecciones generales los ciudadanos sepan -o crean saber- que ETA está debatiendo en las cárceles su disolución definitiva e irreversible, porque los que quedan al frente de la organización, tras los éxitos policiales cosechados durante los últimos años, son, tan sólo, cuatro desarrapados sin capacidad para mantener la actividad de la organización ni autoridad para acordar su disolución?
Creo haber escrito ya que, durante el último mes, no dejo de ver, tras una buena parte de las cosas que ocurren, la mano oculta del ex ministro de Interior. Aunque, bien pensado, es posible que en este asunto no camine en solitario. Tengo un amigo que asegura que las últimas detenciones de activistas de ETA no son más que entregas pactadas que anticipan un fin acordado.
¡Muy bien traido este artículo!
¿A quien beneficia?
Al PSOE parece que le beneficia, pero no será así. El mercado electoral ya ha descontado ese hecho y el PSOE lo ha hecho demasiado mal.
Solo veo a un gran beneficiado: BILDU, que se pondrá la medalla de haber desactivado a ETA.
El beneficio electoral empieza en Euskadi y acaba en Euskadi.
La palabra de alfred expresa autorizadamente la opinion del PP. Lo que dice alfred es lo que dice el PP. Estoy de acuerdo cin el, en lo de que la desaparicion de ETA esta amortizada por el electorado español. En España, poco se ganara o perdera, electoralmente hablando, por el hecho de que el fin de ETA sobrevenga con un gobierno del PSOE o por un gobierno del PP. Lo que no acabo de entender es que, siendo eso asi, los dirigentes del PP dediquen tanto tiempo a hablar de Bildu, de ETA y de toda lo relacionado con las dos. Si es verdad que la disolucion de ETA ya no da ni quita votos, ¿para que tanto empeño en hablar de ello?
No se por que alfred considera que un triunfo electoral que comienza en Euskadi y termina en Euskadi es un triunfo de menor cuantia. En las elecciones de 2008, ZP gano porque los resultados obtenidos en Euskadi y Catalunya (34 diputados) le permitieron dar la vuelta a los mediocres resultados que consiguio en España.
“Tengo un amigo que asegura que las últimas detenciones de activistas de ETA no son más que entregas pactadas que anticipan un fin acordado.”
Josu, la degradación moral a la que ha llegado un sector de la población en Euskadi (haciendo posible que en el nido etarra nunca faltaran macabros poyuelos) es realmente antológica. Con independencia de la crisis y su escudero impresentable Zapatero (pobre soberbio, de todo no tiene la culpa –y a vosotros os ha venido bien, no lo niegues- alguno vendrá que le hará bueno, tiempo al tiempo) resulta triste que el ex ministro ahora Don Alfredo haya estado pululando por ahí sin el apoyo del PNV por estos vericuetos. Esperemos que si el final etarra (deseado indiscutiblemente por una amplísima mayoría) se produce, no traiga beneficios políticos de ninguna clase para nadie. Pagar a unos individuos para que dejen su actividad terrorista no parece que sea éticamente una cosa muy edificante, y que pedir lo contrario se vea como una utopía, a algunos nos resulta todavía chungo de digerir.
Si me abstraigo de las víctimas etarras (cosa que sólo se puede hacer como exclusivo ejercicio intelectual si uno es bien nacido), personalmente me importa un pimiento la construcción (que no reconstrucción: lo que nunca ha existido no se puede reconstruir) de Euskadi y su correspondiente cuota de derribo hispano (defender la indisolubilidad de la patria resulta un poco como defender la indisolubilidad del matrimonio). Y confieso, además, que tengo muy serias dudas en que tal cosa, a la larga, beneficie o perjudique una barbaridad a unos u otros contribuyentes curritos de a pie. Por tal motivo, en esta época de globalidad, no puedo evitar ver a los que se empeñan tan tozudamente de buena fe (a los de mala fe ya les considero de otra manera) en estos asuntos de independencias y dependencias un poco como a marcianos (siendo muy benevolente).
Echar un vistazo en general a los materializados logros independentistas a lo largo de la historia (la antigüedad en este caso es irrelevante) y de la geografía es muy ilustrativo para quien quiera ver más con razones que con sentimientos. En este sentido, tengo una amigo que dice (con cierta dosis de maliciosa cruel ironía) que uno acude a casarse pletórico al altar (al juzgado si tira a rojillo o es un mal cristiano no viudo en segundas nupcias) pensando siempre que su matrimonio va a ser muy distinto a todos los demás del mundo mundial, ignorando olímpicamente que Raphael y Natalia, además de consuegros de Bono, son una caso más bien único e insólito (no es de extrañar que en un futuro el fenómeno sea estudiado en las más prestigiosas universidades del globo terráqueo). Con Euskadi pasará lo mismo. Euskadi es diferente. Fijo (je, je).
Saludos cordiales
Esta claro a quien benefician esas informaciones/intoxicaciones que se difunden por television la publica. Ayer mismo, Ares continuaba con el serial, diciendo que “cada vez son mas los presos que piden a la banda que cese sus actividades”. No hay duda de que los socialistas estan concertados.
Furundarena,
El PSOE ganó por Andalucía y Catalunya no por Euskadi y Catalunya.
En las Generales el peso vasco es pequeño .
Todos hablan con autosuficiencia del matrimonio -o de la barraganería, me da igual- pero después de haberse empeñado en pasar por él. A lo que no tienen derecho los casados y arrimados es a prohibir a los demás que se casen o se arrimen, si les da la gana. Tienen el mismo derecho a hacerlo, a equivocarse y,si se da el caso, a abominar después del error que cometieron. Pero cada uno tiene derecho a hacer su propio recorrido en la vida y a tomar sus propias decisiones. Me irritan los sabiondos que están de vuelta de todo, pero después de haberlo probado todo, y que miran a los demás por encima del hombre, mofándose de sus ilusiones y aspiraciones.
Con Euskadi y las aspiraciones de sus ciudadanos hacia proyectos colectivos, pasa igual. Los nacionalistas vascos sólo reclamamos el mismo derecho que los nacionalistas españoles tienen para fundar nuestra comunidad soberana, organizar nuestra vida colectiva, equivocarnos, corregir, rectificar y acertar cuantas veces haga falta, exactamente igual que las demás naciones del mundo. No somos superiores a los demás, pero tampoco inferiores. Sólo reinvidicamos el derecho a equivocarnos, si hemos de hacerlo, pero también el derecho de trabajar y esforzarnos por establecer un marco de convivencia tan exitoso como el que mantiene unidos durante tantos años a Raphael y Natalia, sin que por ello tengamos que provocar más intentos ridiculizadores que los que padecen los españoles, los franceses o los chinos. Es mi opinión.