Es curioso lo que está ocurriendo con el ganador de las primarias celebradas por los socialistas madrileños para designar el candidato que encabezará las listas del PSM en las elecciones autonómicas del año que viene. Hasta hace unos días, Tomás Gómez Franco era objeto de todo tipo de loas, aplausos y parabienes por parte de los epígonos mediáticos de la derecha españolista. Frente a la candidata oficial de La Moncloa, que simbolizaba -se nos decía- lo más oscuro del zapaterismo y de sus siniestras maneras de intervenir en política, el ex alcalde de Parla, hijo de emigrantes, nacido en los Países Bajos y arquetipo del self made man, en la acepción más positiva y elogiosa de la expresión, transmitía frescura, juventud, novedad, espontaneidad, tenacidad, una excelente biografía electoral y, sobre todo, carácter; carácter, personalidad y arrestos para poner en cuestión la estructura de poder del PSOE y plantar cara a los turbios enjuagues urdidos desde la Secretaría General para dar apariencia democrática a lo que en el fondo no era más que una alcaldada abusiva y caprichosa -una más- auspiciada desde la Ejecutiva federal para ningunear a la organización socialista madrileña.
Precisamente por lo desmedido de los panegíricos que ha venido recibiendo por parte de la prensa afín al PP, alguien llegó a decir de él que, en realidad, era el candidato de la derecha. Y la verdad es que no andaba muy errado quien formuló esta acusación. No tanto porque Tomás Gómez Franco pudiera estar positivamente implicado en una operación desleal de complicidad estratégica con el PP -que no lo creo-, cuanto por el hecho de que la derecha política y mediática ha visto en él un enganche ideal para impulsar el desgaste de Zapatero y precipitar su definitiva caída; una caída que, antes o después, de una u otra manera, acabaría arrastrando al conjunto de la organización socialista, para dejar expedito el camino de Rajoy hacia la Presidencia del Gobierno de España.
La figura de Tomás Gómez Franco se ha propuesto tan insistentemente como modelo y referencia de los valores políticos más dignos de enaltecimiento -lo que cierta prensa ha hecho con él, se sitúa, abiertamente, en el terreno de la apología-, que hasta el propio Antonio Basagoiti lo ha puesto como ejemplo para Patxi López. Esta misma semana, el líder de los populares vascos afirmaba en un desayuno informativo celebrado en Bilbao que López “debería aprender de Gómez” y asumir que “uno se puede plantar ante Rodríguez Zapatero y no pasa absolutamente nada. Incluso puede estar defendiendo el interés general”.
Una vez más, como puede verse, las intenciones del líder de los populares vascos, han quedado claras y patentes. ¿O no? Basagoiti sostiene a López al frente del Gobierno vasco, pero no lo hace por su cara bonita, no. Si alguien se creía que su apoyo se produce desde la gratuidad y la liberalidad, que abra los ojos y cambie de chip. Nada de eso. Al aupar a López a Ajuria Enea y garantizar su continuidad en la Presidencia del Gobierno vasco, lo que en realidad está haciendo Basagoiti es preparar el camino para el futuro triunfo electoral del PP. Un triunfo que en Madrid les llevaría directamente a La Moncloa y, en Euskadi, les conduciría a imponerse electoralmente a los socialistas, para poder exigirles, así, que les devuelvan el favor prestado, apoyando a su candidato a Lehendakari, tal y como Redondo Terreros estuvo dispuesto a hacer con Mayor Oreja el año 2001. Ese es el marco en el que opera Basagoiti. Y lo que ahora toca, en el seno de esa estrategia general, consiste en utilizar a López como palanca institucional para ir erosionando la figura de Zapatero y acelerar su declinar.
Ahora bien, una cosa es hacerle la ola a Tomás Gómez Franco en su batalla interna con Trinidad Jiménez -que, en realidad, todos lo han presentado como un pulso contra el mismísimo Zapatero- y otra, muy distinta, apoyarle en el pugilato electoral que el próximo año va a entablar contra Esperanza Aguirre para hacerse con la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Por eso, la prensa conservadora ya ha empezado a desinflar el henchido globo en el que había convertido la figura de Tomás Gómez Franco a base de alabanzas desmedidas y acríticos panegíricos. Resulta interesante observar con qué elegancia y discreción se van apartando de él algunas de las plumas que más ardor habían puesto, hasta ayer, en la glorificación de su persona y de sus virtudes.
Los menos agresivos se limitan a recordar que, en realidad, Tomás no pasa de ser un personaje pueblerino y ramplón, al que un cúmulo de circunstancias favorables ha convertido en alguien conocido y aplaudido, a pesar de sus limitadas capacidades y de su nula proyección política. El remate argumental nunca falta en este colectivo: Gómez no tiene nada que hacer frente a Esperanza Aguirre, que se sitúa en otra órbita.
Los menos benignos avanzan un poco más y sostienen que, en el fondo, Gómez está tan tocado como Jiménez por la declinante estrella de Zapatero que, les guste o no, arrastra hacia el abismo a todos los socialistas. Con su triunfo frente a Jiménez -dicen- lo que en realidad ha hecho Gómez es inaugurar el postzapaterismo. Una nueva era política que arranca de la derrota de Zapatero y deja el liderazgo en manos del PP y de Mariano Rajoy, mientras los socialistas se lamen las heridas y forjan un nuevo candidato para La Moncloa. En resumen, que al imponerse a Trinidad Jiménez en las primarias madrileñas, Tomás Gómez ha agujereado el casco del barco que tripulan todos los militantes del PSOE, incluído él mismo, favoreciendo su hundimiento. O dicho en otros términos, creyendo ganar, en realidad se ha autoinmolado.
El episodio protagonizado por Gómez y Jiménez encierra, como se ve, muchas lecciones útiles para la vida política. Estaría bien que Patxi López tomase nota para descubrir qué le puede ocurrir a él mismo, cuando la prensa que ahora le canta alabanzas considere que ha llegado el momento de retirarle de los altares.
Personalmente, coincido con Basagoiti cuando afirma que López tiene que aprender de Gómez. De entrada, no estaría mal que López aprendiese a enfrentarse a Zapatero cuando están en juego los intereses de Euskadi. Pero la experiencia de Gómez encierra más lecciones para Patxi. Todos los que estos días han empezado a desinflar el globo mediático que antes habían creado en torno a la figura de Gómez, no dudarán un ápice en hacer lo mismo con López cuando lo exija el momento.
Sr. Erkoreka dice vd.:
“lo que en realidad está haciendo Basagoiti es preparar el camino para el futuro triunfo electoral del PP”.
No eran necesarios sus 50 años de experiencia para llegar a esa conclusión. ¿No es eso lo que hace vd. en este blog para que triunfe el PNV?. Cada mochuelo a su olivo.
A ver, josu, yo no digo que, en la próximas autonómicas , el PP no le pida al PSE que le devuelva el favor pero si el PSE da su apoyo al PP eso alimentará una crisis interna en el partido que le llevará a forjar nuevos liderazgos. ¿ Por qué te crees que muchos socialistas votaŕon al PNV en las elecciones del 2001?. Porque ningún socialista puede perdonar que se aúpe al enemigo acerrimo al poder. Muchos preferían volver a dar al poder al PNV antes que a los populares.
Y no confundo mis deseos con la realidad porque hable con algunos socialistas en aquella época (2001) y les resultaba aberrante aupar al PP a Ajuria Enea.
Saludos.
Oye, Josu, ¿ sabes cuando tiene que firmar López el traspaso de las políticas activas de empleo?.
Saludos.
“(…) a un servidor le parece fenomenal que Intxaurraga, en prisión por su presunta colaboración con ETA, sea partidaria de aminorar la pureza de la raza perruna vasca mezclándola con un vulgar perro francés.
Las txakurras euskaldunas son definidas por cierta literatura en euskera como `rústicas, neolíticas, territoriales y algo cerdosas’. Razón de más para aficionarlas al apareo multiétnico, hoy tan de moda. Aunque no sé muy bien que pensaría de todo esto Sabino Arana.”
JOSÉ ANTONIO VERA, Director de “La Sinrazón”, periódico diario espanol financiado por BBVA e Iberdrola espléndidamente.
Josu, totalmente de acuerdo pero tampoco creo que los socialistas estarán pensando en el PP como compañero de viaje en el futuro. A ver cómo va esa “tregua”, según la IA, unilateral, permanente e indefinida, que si va bien (ojalá) quizás se arrimen con ellos.
Me parece muy sugerente esta reflexión. Cíertamente, Patxi López tiene que darse cuenta de que Basagoiti y la prensa de la derecha no le apoyan porque sí. Y cuando llegue el momento, le pegarán una patada en salvada sea la parte, dejándole compuesto y sin lehendakaritza. Pero no creo que se de cuenta. No tiene luces y los aduladores que le rodean no están para ayudarle a abrir los ojos.
Por cierto, la puesta de sol de la fotografía expresa claramente el ocaso de zapatero
Ja, ja, ja, el ABC ya ha empezado a desmarcarse de su incondicional entrega a Patxi López. Vean la editorial de hoy
http://www.abc.es/20101018/opinion-editoriales/este-precio-20101018.html
Este es el precio Día 18/10/2010
El precio que ha pagado Zapatero por su pacto con el PNV es frustrar el cambio político en el País Vasco. Es la segunda vez que lo hace; la primera fue cuando repudió la alternativa constitucional que propugnaba Nicolás Redondo, y ahora el turno es de Patxi López, sentenciado tras el pacto. ¿Y el PP vasco? En una encrucijada marcada por la deslealtad de Zapatero. Apoyar a Patxi López puede no ser ya apoyar el cambio regenerador del País Vasco, sino el apaño entre Zapatero y Urkullu. Si López va a gestionar obedientemente este resurgimiento del PNV, al PP no le queda más remedio que preguntarse qué papel le corresponde en el nuevo escenario vasco.
Tu crees, Josu, que se dará cuenta Lopez del peligro que le acecha? Yo creo que esta tan ricamente. No tiene luces para tanta sagacidad,