Leo en la prensa de estos días que, una de las principales razones por las que el PNV no ha ganado en Euskadi las elecciones generales del pasado mes de marzo, tiene que ver con el hecho de que su quehacer político se ha alejado de los intereses concretos de los ciudadanos vascos, para envolverse en un discurso excesivamente trascendental y metafísico, que no sintoniza con el electorado. Es posible. No lo niego. Algo de esto puede habernos ocurrido. Tendremos que mirárnoslo. Pero, al menos en lo que atañe a la representación del PNV en el Congreso de los Diputados, no estoy dispuesto a admitir que nos tachen de ajenos a las inquietudes, intereses y aspiraciones cotidianas de los ciudadanos vascos.
Todo lo contrario. Si alguien se ha interesado y se seguirá interesando por esas inquietudes son los diputados del PNV. Que nadie lo dude. Los 9 diputados que el PSOE ha obtenido en las circunscripciones vascas, no moverán un dedo para ocuparse de los asuntos específicamente vascos. Se integrarán en su grupo parlamentario -el socialista- y se someterán, en todo, a la disciplina que les marque la dirección del grupo, para la que Euskadi, mal que nos pese, no será más que un nomen puramente instrumental, que tomarán o dejarán, como si fuera un trapo de cocina, en función de los intereses y planteamientos estratégicos o tácticos que les muevan en cada momento. Siempre ha sido así y así seguirá siendo a buen seguro.
Voy a contar una anécdota que ilustra a la perfección lo que pretendo explicar con esta introducción. Sucedió en la última legislatura. Un día -creo recordar que en los albores de 2007- se me presentó en el despacho del Congreso de los Diputados una representación de la asociación de armeros vascos. Su presidente era de Eibar. Como debe ser. Todos los vascos asociamos nuestra industria armera con este municipio gipuzkoano. Les traía un cometido muy concreto: Hacerme partícipe de una preocupación que les venía atenazando desde hacía algún tiempo.
El Gobierno había remitido a la cámara un proyecto de Ley que tenía por objeto limitar y sujetar a férreos controles administrativos el tráfico internacional de armas. Su artículo 1º establecía que la norma iba a ser de aplicación a todo tipo de armas de fuego, sin distinción alguna. Los fabricantes vascos, que se dedican, sobre todo, a producir armas de caza, consideraban que no era justo someterles a los dictados de una norma que estaba concebida para el armamento de guerra. «Las armas de caza pueden matar a un ser humano -me dijeron-; esto es innegable. Pero no este sirven para la guerra; no son útiles en el combate. Es, pues, injusto y desproporcionado que su fabricación y comercialización tengan que someterse a los rigurosos requisitos y controles que contempla el proyecto para el armamento de guerra».
Me pareció una razón digna de ser tomada en cuenta. No se trataba de un capricho de los productores. Los dictadores no dotan a sus policías con armas de caza. Tampoco las guerrillas tercermundistas que se dedican a reclutar niños acostumbran a armarlos con escopetas diseñadas para cazar tigres. En las guerras, legales o ilegales, nunca vemos a los soldados armados con este tipo de artefactos, sino con fusiles específicamente diseñados para el enfrentamiento bélico. Era evidente que los redactores del proyecto habían confundido dos realidades, en grave perjuicio de la industria armera vasca. Había que corregir aquel error, con un doble objetivo: Mejorar la norma, ajustándola más a la realidad y, por supuesto, defender los intereses de los fabricantes vascos de armas.
Me ofrecí a prestarles ayuda. Pensamos en redactar una enmienda que excluyese a las armas de caza del ámbito de aplicación de la Ley. Lo hicimos y la registramos de inmediato. Me consta que, al cabo de algún tiempo, la asociación contactó también con la representación vasca del PSOE en Cortes. Coincidí, por casualidad, en los pasillos del Congreso, el día en el que se reunieron con el senador Alberto Buen. Comenté brevemente con él la positiva opinión que me merecían las demandas de los armeros de Euskadi. «Son razonables y merecen ser atendidas», observé, mientras él asentía.
Durante varios meses no tuvimos más conocimiento del asunto. El plazo de presentación de enmiendas había concluido, pero la Comisión de Defensa no había dado paso alguno para impulsar su tramitación. A veces pasan estas cosas, sin que los diputados rasos conozcamos los motivos.
Un día -21 de septiembre, para más señas- mientras ojeaba la prensa en el viaje de regreso de Madrid a Bilbao, me sorprendió comprobar que el diario EL PAIS publicaba un pequeño artículo bajo el siguiente titular: «El PNV defiende a los armeros vascos». Su autor, Miguel González, anticipaba en pocas líneas la posición que el PSOE iba a defender en Comisión. También estas cosas suelen ocurrir algunas veces. Los diputados rasos nos enteramos de las decisiones del Gobierno a través de los medios de comunicación afines al ejecutivo.
Contra lo que pueda parecer, el titular no era un elogio para el PNV. El diario de Prisa no pretendía ponderar el esfuerzo que los diputados jeltzales desarrollamos en el Congreso para la defensa de los intereses de los industriales vascos. No. Su propósito era precisamente el contrario. Denunciar las abyectas, ruines e interesadas razones que nos animaban a los diputados nacionalistas al presentar aquella enmienda, frente a la grandeza de miras que inspiraba a los demás compañeros de hemiciclo, que pensaban en los problemas que plantea el tráfico de armas a nivel mundial. Veámoslo con sus propias palabras
«De las 100 enmiendas a la ley de comercio de armas sólo una ha sido presentada por el PNV y su objetivo no es, como la mayoría de las restantes, endurecer los controles sino, por el contrario, excluir de los mismos a las armas de caza y tipo deportivo […] La preocupación del PNV por este tipo de armas se debe a que buena parte de la industria de armas de caza y deportiva radica en el País Vasco y la patronal del sector, la Asociación Armera, tiene su sede en Eibar (Guipúzcoa). Ningún otro grupo ha respaldado la enmienda del PNV, por lo que es difícil que prospere. Está previsto que la ley se apruebe en octubre en el Congreso y esté en vigor en febrero».
La información no era correcta. El PP apoyó nuestra enmienda. Pero no es esto lo que quisiera destacar ahora, sino el hecho de que, por defender los intereses razonables y justos de un sector empresarial vasco -eso que algunos dicen que no hacemos por estar incursos en una retórica exclusivamente soberanista- tuvimos que apechugar con la crítica de quienes llegaron a sugerir la presunta mezquindad de nuestra actuación.
La ley se aprobó, por supuesto, y nuestra enmienda no prosperó. Votaron contra la misma todos los diputados socialistas vascos, incluidos los dos guipuzcoanos, Manuel Huertas y Elvira Cortajarena. Los armeros vascos -mayoritariamente eibarreses- se veían, así, injustamente sometidos a unas limitaciones y unos controles concebidos para un tipo de arma distinto al que ellos fabrican. Con la inestimable ayuda de sus representantes en Cortes los diputados y senadores vascos del PSOE.
Esto ocurría a finales de 2007. A principios de 2008, el PSOE ganaba las elecciones en Eibar, con 6.780 votos (45,47%) mientras el PNV se quedaba en segunda posición con 3447 votos (23,12%). Seguro que el resultado electoral obedecerá a alguna razón, pero no, desde luego, al hecho de que los diputados nacionalistas vivamos disociados de la realidad, mientras los socialistas hacen política a ras de tierra. No.
Una observación complementaria. A principios de 2007, el grupo parlamentario del PNV presentó una interpelación en la que planteaba la necesidad de revisar el Reglamento de armas para limitar la tenencia y uso de armas blancas, que están presentes en el 70% de los delitos violentos que se cometen en el Estado español. La iniciativa se inscribía en el conjunto de actuaciones que el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, estaba promoviendo en el ámbito de lo que ha bautizado como «lucha contra el navajero«.
El día en el que se debatió la iniciativa, en el pleno del Congreso, el PP y el PSOE pusieron como portavoces a sendos diputados de Albacete, que nos reprocharon con severa acritud, el daño que nuestras propuestas podían ocasionar a la industria cuchillera de su tierra. Uno de ellos, llegó a preguntarnos: «¿Qué haría ustedes si nosotros promoviésemos actuaciones en contra de los intereses de la industria armera vasca? Se opondrían, ¿no es así? Pues también nosotros nos oponemos a su iniciativa«.
Desgraciadamente, ni el PP ni el PSOE puso portavoces vascos cuando se debatió nuestra enmienda sobre el control de las armas de caza. Los del PSOE votaron contra los intereses de los armeros vascos, ocultándose tras el escaño.
Josu, seguro que encontraréis las respuestas más razonables del por que el PNV no hace política últimamente a ras del suelo.
Puede que sea injusto que en el caso de Senado y Congreso no se de esa situación, no lo sé porque tampoco estamos 24 horas con vosotros para saber todo lo que hacéis.
Pero y el resto? Mira alrededor de tu propio partido y seguro que si empiezas hacer preguntas a la propia afiliación te llevarías sorpresas. No toda la gente de un partido son de la misma condición en compromiso y devoción por mirar por los intereses del ciudadano vasco/a.
Me parece que no lees lo suficiente porque sino ya te hubieras enterado, últimamente se están dando nombres de las personas que en el PNV no están haciendo política a ras del suelo. Yo ya se los dí a Iñaki Anasagasti algunos se les puede escribir con letras rojas de alarma, y ya sabes Josu si la gente, no ha votado al PNV, es porque algo falla. Y por desgracia Josu tu puedes ser una bella persona y una persona comprometida que das hasta la médula por la política y por los ciudadanos, pero si en un partido hay más gente con responsabilidades,que no dan el 100% pues ya puedes esperar sentado. Que la gente valorara todo un partido y no lo que hagan dos o tres personas del mismo.
Y lo que si hay una cosa muy clara, es que la ciudadanía vasca cada vez es más madura a la hora de decidir que hacer con su voto. Lo mismo que el político muchas veces no es leal con el ciudadano y la gente normal de a pie, pues habla de vosotros que si tal político no ha hecho esto o lo otro. O no ha cumplido con su palabra o no ha sabido llegar a un acuerdo de mínimos. Ahora no tendría porque ser extraño que el ciudadano no sea leal con su voto a un partido. Porque como comprenderás Josu votar por votar por inercia, a veces es pecar de tontos, sin ni siquiera pensar si ese voto es merecedor de confianza hacia un partido, que últimamente algunos responsables y compañeros tuyos de partido, pecan de prepotencia, arrogancia e incluso soberbia. Por la vida no se puede ir así, y muchos políticos compañeros tuyos tratan a la gente como si fueran lacayos y la gente tiene su corazoncito y sus sentimientos a flor de piel.
Por lo demás os deseo buena suerte en vuestra nueva legislatura y más que estar haciendo política a ras del suelo. Se podría decir que mejor no estar en el limbo, no vaya a ser que nos demos otro susto, por confiarnos.
Agur bero bat eta ondo pasa Madrilen!!
Nuria Sáinz Sanmartin.
Estamos Josu como en la época de Franco? Aquí los que moderan tu blog no están siendo equitativos. Las opiniones sean buenas o malas lo normal es que sean publicadas. Porque entonces esto es un pitorreo de blog. Aunque claro Josu ya entiendo porque participa poco la gente……..sin más.
Agur bero bat y podéis no publicar este comentario también, que parece que le habéis cogido gusto. Para eso Iñaki Anasagasti es más abierto a todo tipo de comentarios. Habéis suspendido como blog. Lo siento no habéis pasado la Q de calidad.
Pues si que se ha visto que mirais por el pueblo vasco, lo unico que mirais es por vosotros mismos.Donde manda patron, no manda marinero. PSO es el patron y el PNV el marinero.
Mi más sincera felicitación por tu intervención en el debate de investidura. Brillante. ¡Quien tuviera tu oratoria!!!!
Veo que me critican por no publicar los comentarios de la gente. Nuria, incluso me hace notar que, debido a ello, el blog no supera la Q de calidad. He de pedir disculpas por ello. No tengo intención alguna de censurar a nadie. La razón es mucho más sencilla. Digamos que no sabía en qué lugar del blog se registraban los comentarios sin publicar y no he tenido ocasión de leerlos hasta hoy. No volverá a ocurrir.
Estoy de acuerdo con Nuria en que el electorado vasco es cada vez más maduro y crítico con los electos. Yo sólo puedo decir que me esmero todos los días en dar lo mejor de mí en favor de la causa pública. Y puedo añadir que, en mi entorno, hay muchos militantes del PNV que trabajan con un empeño similar. Si sólo mirase por mis intereses, como apunta mi tocayo Josu, os aseguro que no estaría en política. Y mucho menos aún en las Cortes Generales, con lo que ello supone de viajes semanales y ausencias domésticas, que siempre acaban siendo mas frecuentes y largas de lo que quisiera.
En fín, tengo que agradecer a Itziar por su entusiástico apoyo. Siempre le gusta a uno que el trabajo desarrollado luzca un poco. El problema es que Zapatero estuvo muy remiso en el debate. Habló de diálogo, pero acotó un terreno en el que el diálogo difícilmente puede ser fructífero.
Un saludo a todos